Como saben no hay grandes discusiones en la política dignas de pasar a la historia. La interlocución, por lo general, está sujeta a tristes tópicos. Todo lo más son palabras subidas de tono, melonadas, un exabrupto, una incongruencia por aquí, otra por allí.
Por eso me ha hecho gracia el diálogo de besugos mantenido entre un diputado de la oposición tory y el gobierno laborista de Gales a propósito de un supuesto avistamiento de ovnis en el aeropuerto de Cardiff. Darren Millar, que así se llama el diputado y ministro de Sanidad en la sombra, pretendía averiguar si el gobierno en cuestión estaba a dispuesto a financiar una investigación sobre el asunto.
La contestación, por medio de un comunicado escrito, que recibió Millar fue la siguiente: «jang vIDa je due luq». Seguida de estas otras palabras: «ach ghotvam'e' QI'yaH devolve qaS». No es idioma galés pero sí klingon, la lengua hablada de una raza alienígena de la ficción televisiva Star Trek. La traducción, para que todos podamos aclararnos, sería: «El ministro responderá en breve pero el asunto no compete al Gobierno local».
Millar, al borde de la desesperación, comentó a su vez, en inglés: «Siempre he sospechado que los ministros laboristas vivían en otro planeta. La respuesta me lo ha confirmado». La misma fuente del gobierno de Gales se apresuró a replicar: «La única vida extraterrestre vista cerca de Cardiff es la de Darren Millar, que debería dejarse de perder el tiempo y de desperdiciar los recursos de los contribuyentes preguntando sobre ovnis».
Como es natural hay diálogos de besugos provistos de intención. Este de Gales es uno de ellos. A las marcianadas se responde en lenguaje marciano. O en klingon, por gentileza de Mark Okrand y Star Trek. No estoy seguro que no haya que cooficializar en este país una nueva lengua para dejar de entenderse definitivamente.
