Los barcos son para el verano para la mayoría de esa privilegiada minoría que ve las calas desde la borda. Así que TVE ha decidido que es el momento ideal para que Mario Picazo coja el timón de un velero y nos descubra Costa España en TVE a los pedestres. El que fuera hombre del tiempo de Telecinco por antonomasia es ahora casi un personaje renacentista que no solo sabe navegar: con la misma desenvoltura hace surf en Mundaka que monta a caballo en Sanlúcar de Barrameda. Imagino que en Tabarca buceará y se comerá un caldero, porque la isla alicantina es nuestra representante en la selecta selección costera donde desembarca el programa.
Costa España es la enésima oferta buenrrollista de la cadena pública, que abjura de la herencia del zapaterismo pero se aferra al adjetivo por antonomasia del presidente Bambi. El dron sobrevuela los puertos y el buenazo de Picazo charla amigablemente con las gentes del lugar, encandilando a las señoras con su buena planta. Nada nuevo bajo el sol, pero el programa es muy amable y se deja ver, que ya es bastante. Tampoco es cuestión de ponerse exigentes con uno de los pocos estrenos agosteños que llevarnos a la boca.
En Televisión Española tienen querencia por recorrer de mil maneras diferentes la geografía patria y reivindicarla, aunque resulte repetitivo llevarnos de nuevo a comer pintxos por Vizcaya o a visitar bodegas andaluzas. O responde al persistente empeño por vendernos la marca España o simplemente se ha impuesto la fuerza de la costumbre. Habrá que ver si la estrategia da frutos. Después de que Españoles por el mundo animara a tantos jóvenes a huir en desbandada a buscar trabajo, debe ser hora de convencer a la gente para quedarse.
