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Javi Fuego, lección para Nuno

Lo mejor del primer partido contra el AS Mónaco fue el resultado. Hay consenso en que el juego no fue lo brillante que se deseaba, porque el desarrollo del mismo no produjo entusiasmos indescriptibles. Hasta que no llegó el segundo tanto y mejor hasta el tercero, el personal tuvo el alma en vilo. Ganó el Valencia y lo hizo de manera casi satisfactoria porque el resultado aproxima a la clasificación. En el fútbol es de sobra conocido que a la mayoría de los aficionados les importa más la victoria que cómo se consigue. No hubo superioridad manifiesta y el árbitro echó una mano. Si se pasa el trance, lo que se recordará será el 3-1. Los otros datos pasarán a las páginas de historia oculta, la que se manda al olvido.

En la victoria hubo cuestiones altamente positivas. Por ejemplo, aunque le duela a Nuno, que persiste en el error, la participación de Javi Fuego en la segunda parte fue alivio. El asturiano no es David Albelda, quien creo que jugó brillante y eficazmente en el Valencia, y aún no ha recibido el reconocimiento debido, pero le suple muy meritoriamente. Albelda parece que ha quedado en el olvido lo que no es extraño puesto en la dirección del club no hay valencianos y por lo visto ni siquiera españoles (Gloria a Salvo). Los nuevos dueños ya se enterarán. No fue jugador de la cuadra de Jorge Mendes y ello obra en su contra.

A los equipos les falta lo que se llama rodaje. Los entrenadores necesitan también acoplarse a la plantilla y acabar decidiendo cuál es la mejor. Repasando la alineación que venció al equipo monegasco se tropieza uno con el dato de que la nueva administración ha aportado bien poco y una de sus debilidades, Enzo Pérez, no convence más que Fuego, jugador que sabe ayudar a los centrales, suele estar bien colocado y es apoyo para defensores y atacantes. Este equipo al que familiarmente llaman de Nuno, es más de Braulio y Rufete, „¿tal vez también más de Llorente que de Lim?„ pero en este deporte existe poca memoria. Lo que ha aportado el director deportivo, Jorge Mendes, es bien poco. Pero no importa. Tras el fracaso de la gestión del problema de Otamendi, asunto en el que acabó protagonizando parte de la venta, y tal vez comisión, ahora, probablemente, nos endosará uno de su cuerda aunque su ficha sea mucho más onerosa que la que habría supuesto Otamendi si para convencerle le hubieran aumentado el salario.

Posdata. Veinticuatro horas antes del partido, el Valencia se quedó sin su mejor central y sin relevo. Y no hay culpables.

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