La curiosidad me pudo. ¿Por qué la nueva temporada de Cuarto milenio en Cuatro se estrena dedicando un monográfico a Félix Rodríguez de la Fuente? Y pasan bastantes minutos del programa hasta que Iker Jiménez pronuncia las palabras clave: «Era un extraterrestre». Eso explica algunas cosas, aunque lo dice para referirse a que Félix fue una persona avanzada a su tiempo, capaz de difundir un mensaje ecologista planetario muchos años antes que Al Gore, por poner un ejemplo.
Félix, el último héroe es un homenaje merecido a un gran comunicador que hizo en Televisión Española un trabajo de vanguardia y mundialmente reconocido. Los niños y no tan niños que nos enamoramos de El hombre y la Tierra aún recordamos ese programa como un hito. Iker es un devoto de la obra de Félix, por eso está convencido de que su muerte merece la investigación abordada en Cuarto milenio y sumerge su nave del misterio en un mar de preguntas sobre la caída de la avioneta que le costó la vida en Alaska al pionero divulgador en 1980. Pero también va más allá ¿Fue un accidente o no? ¿Hubo otro avión implicado? ¿Era una amenaza Félix para los partidos políticos en la Transición? Los testimonios hablan de premoniciones funestas, de una investigación chapucera del siniestro, de la última filmación perdida y de documentos desaparecidos.
Tres horas después, me han llenado de preguntas sin respuesta. El mundo del misterio es así, poco dado a las verdades absolutas. Lo cierto es que Iker Jiménez investiga con igual pasión las caras de Bélmez que el asesinato de Kennedy, se atreve con todo y sigue en expansión. A veces me recuerda a Jiménez del Oso y otras a Sherlock Holmes. ¿No les resulta, como mínimo, inquietante?
