El otro día, siguiendo el canal que separa la playa de El Mojón, del lado valenciano, del campo de dunas de San Pedro del Pinatar, del lado murciano, llegué hasta una desaladora, un artefacto previsible allí donde solo llueve trescientos litros al año, a veces menos, pero eso no detiene a las excavadoras y las grúas. Lo mismo ocurre en San Miguel de Salinas o Bigastro que, mucho más alejados del mar, tampoco reciben más lluvia y han conocido, como Pilar de la Horadada, un desarrollo urbano vibrante disimulado por la formula extensiva: se crece en horizontal, hay mucho terreno y no está solicitado para otras cosas, salvo para la agricultura de túneles, que también necesita mucha agua.
La desaladoras, sobre todo si no funcionan con energía solar o eólica o, preferentemente con las dos, tienen sus problemas pero no causan tantos trastornos ambientales y políticos como los trasvases. Ahora ni los maños (o los catalanes) quieren ceder agua del Ebro, ni los manchegos del Tajo (tienen problemas ambientales en el curso alto del río), ni los ribereños del Xúquer (que ya mandan mucha agua a Valencia), ceder caudales a la cuenca del Vinalopó o del Segura. Piensan, con razón, que el agua es un recurso que ellos tienen y que los demás, tienen otros. Y cada cual se arregle en su casa.
Todo empezó con un concepto ingenieril absurdo: los excedentes. Ningún río tiene excedentes: posee los caudales que le tocan, ni un litro más. Sería como decir que puesto que el Amazonas tiene muchos recursos, trasvasemos los excedentes hasta el desierto de Arizona. Sin desaladoras, el negocio turístico no podría funcionar en Mallorca, en Gran Canaria o, no digamos, en la isla de Sal, en Cabo Verde. El envío de caudales se parece mucho a la transferencia de dinero o kilovatios. Envíos pequeños y cercanos crean expectativas razonables con diferencias de potencial muy moderadas. Los envíos a larga distancia crean más desequilibrios o hacen que te quedes seco (por la codicia ajena) o electrocutado (por los altos voltajes). Podrá ser hidráulica, pero no hidrología.
