Llegan los partidos desfondados a fin de año en este maratoniano ejercicio electoral que concluirá el 20 de diciembre con la renovación de Congreso y Senado. Algunos han crecido tanto que aún no tienen para llenar toda la lista, con sus suplentes y todo. Y eso que la ciudadanía percibe los comicios previos a la Navidad como los más reñidos de las últimas convocatorias, tanto por las tendencias de los partidos grandes, invertidas con relación a los últimos años, como por el peso que puedan tener los llamados emergentes, con los que en la Comunitat Valenciana pugna también Compromís.
Los socialistas han sido los primeros en salir al ruedo con sus tres espadas, Artemi Rallo por Castelló; Ana Botella por Valencia y Julián López por Alicante. Al margen de las dificultades para confeccionar las candidaturas, Ximo Puig ha elegido a cada cabeza de lista para defender aspectos que considera fundamentales ante Madrid: la reforma constitucional, el cambio de modelo productivo y la nueva financiación autonómica, respectivamente y de Norte a Sur.
En Ciudadanos, Vicente Ten y Toni Cantó irán por Valencia; Domingo Lorenzo lo hará por Castelló y Marta Martín, por Alicante.
Los populares lo llevan con más calma. La nueva líder de los conservadores, Isabel Bonig, aún no ha movido ficha e intentará agotar los plazos. Las quinielas sitúan a Juan José Moragues, delegado del Gobierno en la Comunitat, como cabeza de lista por Valencia; al ministro García-Margallo al frente de la de Alicante y al ex presidente de la Generalitat Alberto Fabra por Castelló, opción que le obligaría a renunciar al escaño de senador que ocupa por designación de las Corts, en el que sería sustituido por Alfonso Ferrada.
En los otros dos partidos del arco parlamentario, Compromís tiene previsto decidir hoy sobre su posible pacto con Podemos, que aún no ha iniciado el proceso de designación de los suyos desde la base.
