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Maite Mercado

Todo por la Moncloa

No sé si me atrevería a participar en Planeta Calleja pero seguro que no movería el esqueleto en El Hormiguero. Soraya Sáenz de Santamaría es más valiente que yo. Ganar las elecciones bien vale un baile o una subida en globo, incluso con susto incluido, bueno, sustito. El globo aerostático en el que recorrían un tramo del Camino de Santiago solo rozó las ramas de un árbol.

La vicepresidenta no ha sido la única política en dejarse llevar por Jesús Calleja. El domingo podremos ver las tres vueltas de campana que dio el coche pilotado por el presentador con Albert Rivera de copiloto.

Las cosas parecen haber cambiado desde que el año pasado criticaran a Pedro Sánchez por aparecer en el programa de Pablo Motos y por su intervención telefónica en Sálvame. Sin embargo, el que no parece dispuesto a jugar con el de Requena es Mariano Rajoy. «¿Cómo va a hablar el presidente con dos hormigas?», dicen que ha dicho. Por una vez, estoy de acuerdo con él.

Ya tuvimos al Mariano cercano que lee el Marca en El Programa de Ana Rosa y viene a mi memoria la visión de Pablo Iglesias con el pelo suelto. Al líder de Podemos se le dan mejor los platós, si no está por allí Ana Pastor. En vez de bailar, que no sé por qué pero no debe ser lo suyo, cantó a guitarra un tema de Javier Krahe en El Hormiguero. Tampoco es que se le dé muy bien pero dio un máximo histórico de audiencia: 3,8 millones de espectadores, muchos de los 6,5 que vieron antes el Real Madrid-PSG, lo más visto de lo que llevamos de temporada. Sin olvidar la misteriosa desaparición de un árbol al que Iglesias acababa de podar la hoja de la Monarquía. Los expertos en comunicación política suelen decir que salir en la tele no es el factor definitivo en la decisión del voto pero, por si acaso, todos al plató.

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