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Los premios y la pedrea

Las elecciones generales de hoy y la meteorología de los últimos tiempos nos han escatimado media Navidad. Y eso en la tele se nota muchísimo, porque los programas especiales se los han llevado los políticos y su campaña en vez de los niños y la campaña de juguetes, que a estas alturas era lo suyo. A la única cadena a la que no se le puede acusar de nada salvo de exagerada es a Televisión Española, que en noviembre ya estaba encendiendo las luces del árbol de la Plaza Mayor de Madrid con Ramón García en persona. Pero fue un ensayo general de las campanadas que cayó en saco roto y termómetros altos. Cuando la gente está por la playa en manga corta no hay villancico que valga.

Dice la costumbre que hasta que los niños de San Ildefonso no cantan el gordo no nos metemos de lleno en celebraciones y descorche de cava. Así que ya estamos en la cuenta atrás y hay lotería para todos: porque después de unas votaciones siempre hay premiados. Y en esta ocasión dicen los analistas que la cosa va a estar más repartida. Dependiendo de los resultados, puede que el reparto se alargue y nos pasemos las fiestas con el debate sobre las negociaciones después de tanto debatir los votos. Leña para que ardan las sobremesas familiares.

Desde mucho antes de la canción de Bob Dylan los tiempos siempre están cambiando. Cada dos por tres estamos asistiendo a lo nunca visto y esta campaña electoral en televisión ha tenido mucho de esto. Debates a dos, a tres a cuatro y a seis y candidatos a todas horas y en cualquier rincón de la programación, colonizando espacios hasta ahora nunca vistos. Hoy sabremos los resultados. Solo cabe desear suerte a los votantes y ver quién se lleva premio y quién la pedrea.

COMANDANCIAS. Donde también han cambiado mucho las cosas es en las Comandancias. Viendo el programa en La Sexta se habrán dado cuenta de que no queda rastro de la Guardia Civil del siglo XX. Viendo esta versión Benemérita del formato Policías en acción se puede comprobar que los agentes se parecen más al Rodolfo Sancho de Mar de plástico que al Saza de Amanece que no es poco, por poner un caso.

De las comandancias viejas, ni rastro, que la tele es la tele. La Unidad Central Operativa madrileña es como la de las series españolas, efectivamente. Todos de paisano, con mucha tecnología, buenos coches y tratando de resultar naturales ante la cámara. No siempre lo consiguen, pero el programa tiene interés. Un reality policial hecho aquí siempre es menos espectacular que el americano pero resulta más realista. Los detenidos reincidentes no tienen desperdicio: se saben sus derechos mejor que en las películas.

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