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Julio Monreal

Pedro Sánchez, ahora o nunca

El PP ha ganado las elecciones, sí; y Podemos, con Compromís y sin él, también; Ciudadanos ha irrumpido en las Cortes con 40 escaños, vale. Pero el nuevo mapa electoral tras los comicios del domingo tiene al PSOE como protagonista. Los de Pedro Sánchez esperaban una caída más grande, y también que los populistas les desbancaran como segunda fuerza, pero se han encontrado con 90 diputados, una suma que protege al líder socialista ante su propio partido y al mismo tiempo pone al alcance de su mano la formación de un gobierno de coalición con Podemos como socio principal. Esta última es la opción menos gravosa para los del puño y la rosa. Los empresarios del IBEX-35 y el poder económico en general, tanto el español como el europeo, sienten un rechazo frontal hacia esta hipotética coalición. Prefieren un gobierno de concentración PP-PSOE y si Ciudadanos se suma, aún mejor. Sin embargo, si los socialistas se alían con los populares estarán escribiendo su sentencia de muerte como partido.

La tercera alternativa de la primera formación de la izquierda española es dejar correr las semanas, neutralizar cualquier posibilidad de que Rajoy forme gobierno y forzar unas elecciones anticipadas. En este caso, según quienes saben de dinámica electoral, el PP recuperará buena parte del voto que se le ha ido a Ciudadanos y el PSOE, en cambio, perderá peso por el lado de Podemos.

Así las cosas, para Pedro Sánchez es ahora o nunca. Su alianza con Pablo Iglesias sólo tiene un escollo: Ha de aceptar que haya referéndum legal en Cataluña sobre la independencia, como exigen los morados. Podría hacerlo y luego defender el «no» en la consulta, pero la parte españolista de su partido le ha marcado esa línea roja. La todopoderosa Susana Díaz y los barones Fernández Vara y García Page no quieren oír hablar de referéndum en Cataluña. Para los socialistas valencianos eso no es un problema, hay otra sensibilidad, pero el susanismo teme que el partido que la lideresa tutela desde Sevilla pierda por un lado más de lo que pueda ganar por otro.

Sánchez está atrapado. Si no actúa, perecerá devorado en unas elecciones anticipadas, y si da un paso al frente se encontrará con sus principales enemigos, que siempre son los compañeros de partido.

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