Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Nuevas elecciones

Mucho preocuparnos por lo que dice Bruselas acerca de las dificultades para formar gobierno y acabarnos de hundir con la recuperación económica anunciada (que no vista), mucho conjeturar quienes serán las parejas de baile y resulta que, al final, tendremos que empezar a preguntarnos si está en condiciones la más rica de las mozas casaderas -el PP- para concurrir en público y con las bragas limpias. Como mínimo. Aunque sólo sea para guardar unas ciertas formas y por respeto a los cargos públicos y miles de militantes honestos que ahora ven como detienen a los suyos, con causa y por docenas. 24 en la última tacada y Alfonso Rus como pieza más codiciada.

Alfonso Rus -muy suelto contando billetes - ya forma parte del grupo de la alcaldesa en pijama con su constructor favorito, de la ministra «beneficiaria a título lucrativo», de Alfonso Grau compareciente en Mallorca, de los chanchullos de Baltar en Orense y de Carlos Fabra en Castelló. De los que emergen en el juicio por el asesinato de la presidenta de la Diputación de León y de los fieles caballeros, ahora presos, que custodiaban a Esperanza Aguirre. Acompañan a Jaume Matas, el plebeyo que se levantó medio palacio, a los invitados de la boda del Escorial, donde había más futuros reos que en un cumpleaños de Al Capone y, en fin, a los malandros de Ciegsa, Tragsa, Emarsa, Cagsa y demás anagramas que va destripando -y ya saben que hay dentro de las tripas- el converso Marcos Benavent, om, shanti, shanti, shanti.

Cierto que otras corruptelas atenazan al PSOE andaluz o a los convergentes catalanes y que el caso de las black cards reveló una piovra comisionista de muy largos tentáculos y casi sistémica, una cleptocracia en toda regla como nunca se había visto ni con Franco ni con Suárez, Felipe o Zapatero, pero darle ánimos a Bárcenas no es un error, como suele decir Rajoy, sino complicidad. O sea que sí, hay que votar de nuevo y a ver si esta vez lo hacemos con más conocimiento y ganan los buenos, alguno quedará.

Compartir el artículo

stats