En Ibi, la Virgen de los Desamparados es, además, Mare de Moros i Cristians, su iconografía ha sido modificada sustituyéndose los Santos Inocentes por un Moro y un Cristiano. Así aparece en un monumento dedicado a la Virgen, erigido en 1981 por la famosa Fiesta de Moros y Cristianos de la población, que preside la plaza de la Iglesia, obra del escultor Vicente Ferrero Molina, de Banyeres.
Ibi, también Ivi, fue originariamente un castillo del rey moro Ceit-Abu-Ceyt. En realidad tuvo y tiene dos castillos, el viejo y el roche. Su iglesia es del XVI, ampliada en el XIX. Tiene por Patrona el pueblo a la Virgen de los Desamparados, cuya devoción y culto se remonta al siglo XVII, época a la que pertenecen unas pinturas con su imagen descubiertas en una casa de la calle san Francisco de la Villa.
El 9 de agosto de 1731 llegó al pueblo una imagen de la Virgen de los Desamparados, copia de la venerada en Valencia, encargada por Francisco Ferrando, natural de Ibi y vecino de Valencia, ayudante de cámara del archiduque Carlos de Austria, pretendiente al trono de España en la Guerra de Sucesión española del siglo XVIII, quien se tuvo que exiliar tras la Batalla de Almansa.
La devoción a esta advocación mariana fue en aumento. De 1885, se conserva un librito titulado: Recuerdos de amor y gratitud que los hijos de Ibi dedican a Nuestra Patrona Señora de los Desamparados. Ese mismo año, el Ayuntamiento le regaló a la imagen un vestido nuevo «por todo lo que hace por la Villa y por haber rescatado a la población con pocas bajas de la epidemia del morbo asiático». En el año siguiente se estrenó el vestido, una diadema de plata y un palio para las procesiones.
En 1925, fue erigida la Asociación de Nuestra Señora de los Desamparados, camareras para cuidar de su imagen y culto. En mayo de 1931, pese a la República, se fundó dentro de la Fiesta de Moros y Cristianos la comparsa los «Cristianos de Nuestra Señora de los Desamparados» que más tarde serían conocidos por los «Guerreros», que se estrenaron el 10 de mayo de 1931 y donde ya figuraban mujeres. Y en septiembre de dicho año fue coronada canónicamente la imagen de la Virgen, costeada por los vecinos, y salió en procesión por las calles.
En 1936, durante la persecución religiosa, fue destruida su imagen y robado su tesoro. La corona y la diadema fueron a parar a Madrid, siendo recuperadas, pasada la guerra, cuando se hizo una nueva escultura, ésta a cargo de Rafael Alemany de Valencia. El alcalde Bernardo Coloma García nombró a la Virgen, Alcaldesa y Regidora de la Real Villa de Ibi, y le impuso el bastón de mando en sus manos. Ibi le celebra fiestas el 8 de septiembre una de las fiestas principales de la Cofradía de la Virgen de los Desamparados, y en su honor le dedica las de Moros y Cristianos. Y en el centro histórico del pueblo le tiene levantado monumento, detalle que ni siquiera Valencia ciudad le tiene.
