Las uñas pintadas de azul de Lady Gaga a juego con una maravillosa sombra de ojos roja. Si a eso le sumamos el cantar el himno de un país a pleno pulmón ante más de 100 millones de personas haciendo hasta que los deportistas más musculados se pongan a llorar... Nos hace pensar que la cita promete, y mucho. Por el número de espectadores, y por lo de la emoción mientras se escucha el himno nacional y tal, ya sabrá usted que no hablamos de España ni de la final de la Copa del Rey entre el Fútbol Club Barcelona y el Athletic Club de Bilbao.
Hoy hablamos de la Super Bowl, ese super eventazo deportivo que reúne a medio mundo frente al televisor para disfrutar con el espectáculo. Los que viven en América lo ven en directo por la CBS, y el resto del mundo se agolpa ante las pantallas de ordenador para verlo por Youtube o elige canales de pago como Canal + Deportes, quien lo emite en España. Y a estas alturas de la jugada, y por la elección de tema justo en la semana en la que se entregan los premios Goya en nuestro país, ya sabrá usted que yo soy una de esas que babea con la emisión de semejante acontecimiento. Porque la Super Bowl es todo un acontecimiento, oiga. Empezando con el himno, siguiendo con los artistas que cantan en el intermedio y acabando con los spots publicitarios. 5 millones de dólares por emitir un anuncio de 30 segundos... ¿Cómo se queda? Las marcas saben la audiencia potencial con la que cuenta la Super Bowl y ponen toda la carne en el asador.
El mejor anuncio de este año, bajo mi femenino punto de vista, el de una conocida marca de coches cuyo protagonista es un musculado Ryan Reynolds (babeo modo on...). Así es que ya sabe, teclee en Google Super Bowl, dele al play y maravíllese con el espectáculo. Pilas cargadas para el resto de semana, palabrita.
