Los medios han seguido con entusiasmo la no investidura de Pedro Sánchez repitiendo sin cesar la excepcionalidad del momento pero no han conseguido contagiar esa pasión a los ciudadanos televidentes.
Casi todas las cadenas echaron el resto. Atresmedia volvía a enfrentar a Susanna Griso y Antonio García Ferreras por la mañana. El martes por la tarde dejaron a mi madre sin su ración de telenovelas en Antena 3, que con el especial informativo Ahora Noticia, compitiendo con Más Vale Tarde, perdió más de medio millón de seguidores habituales. Hablaba el líder del PSOE también en Cuatro y en TVE que, esta vez sí, decidió cumplir como servicio público.
La que ni lo intentó fue Telecinco que no movió ficha y mantuvo sus dos cítricos Sálvame. Las sesiones en el Congreso se contaron en El Programa de Ana Rosa y en los informativos, los más vistos del día como casi siempre. Mediaset dejaba la cobertura a Cuatro con doble entrega del recién nacido Toma Partido. Era su última oportunidad pero, como era de esperar, mantuvo sus números más propios de las temáticas. Prueba no superada. El lunes próximo no volverá. Lo que era fácil de prever era el subidón de El Príncipe sin Bertín en TVE. El Debate de la 1 presentado por Julio Somoano interesó a un raquítico 4,8 por ciento de los que veían la tele en horario de máxima audiencia.
Solo La Sexta ha mejorado su media diaria pero sin cifras espectaculares. Pretendían emular los datos de las jornadas electorales pero no puede compararse la emoción del recuento de votos, los porcentajes y escaños subiendo y bajando en coloridos gráficos, con un debate de investidura cuyo resultado se conocía de antemano. Y eso que fue movidito. Una vez más, el interés periodístico y el televisivo no coinciden.
