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Son personas, no números

La Unión Europea está fundada sobre los valores de respeto a la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de Derecho y los derechos humanos, incluidos los de las minorías. Esos valores, que se enuncian en el artículo I-2, son comunes a los Estados miembros. ¿Alguno de los negociadores de los Veintiocho recuerda los valores fundacionales de la Unión Europea cuando se trata de resolver la crisis de los refugiados?

Es evidente que no. Con el conflicto del brexit quedó muy claro y en un tiempo récord cuál es el camino. Pero el principio de acuerdo entre Europa y Turquía „aún pendiente de ratificar„ entra en otra dimensión mucho más delicada. Se puede hablar, sin temor a equivocarse, de una auténtica transacción financiera: un acuerdo en el que se intercambia un activo contra un pago. Tú „Gobierno de Ankara„ me resuelves el problema de los inmigrantes que te voy a devolver desde Grecia y yo „Unión Europea„ te abono 6.000 millones de euros para atenderlos, y además acelero el proceso de integración.

Para este último compromiso tampoco hay principios. Pelillos a la mar. «El respeto de esos valores [los del artículo I-2] es una condición previa para la adhesión de un nuevo Estado miembro a la Unión, según el procedimiento enunciado en el artículo I-58». Pero si en Bruselas no se tienen en cuenta los valores fundacionales ¿cómo se lo van a pedir a Ankara?

Y lo más peligroso de todos estos movimientos es que hasta el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, una de las voces, teóricamente, más respetuosas con los derechos humanos, no termina de ver del todo mal la solución. «Habrá que ver los detalles „dijo„pero si la medida consigue el mismo efecto para el sirio afectado porque logra la misma protección aquí sin tener que pasar por las redes que trafican con migrantes, sí me parece adecuado».

Y aún es peor la justificación del primer ministro griego Alexis Tsipras. Considera que el mensaje que se lanzará con la devolución de los inmigrantes que pretenden entrar de forma ilegal en Grecia, acabará con el drama de las muertes en el Egeo, porque no intentarán pasar. Un análisis demasiado interesado porque, probablemente, la desesperación les llevará a intentar cruzarlo más veces, multiplicando la tragedia.

¡Hasta la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) ha tenido que recordar que la «expulsión colectiva está prohibida por la Convención Europea de Derechos Humanos» y que la medida de la UE podría ser ilegal! , en palabras de Vicente Cochetel, responsable para Europa de la organización.

¿Y qué protección van a tener en los campos de refugiados de Turquía? ¿Hemos borrado de nuestra memoria en qué situación se encuentran los inmmigrantes en los numerosos campos de refugiados diseminados por África „Dadaab, en Kenia ya tiene cerca de 500.000 personas; Nyarugusu, en Tanzania, 68.000; Tamil Nadú, en la India, con otros 68.000...„? Por no hablar de la propia Turquía, que ya cuenta con veinticinco „en el momento de su creación se diseñaron como provisionales„ junto a la frontera, por los que ya ha circulado cerca de 250.000 refugiados kurdo-sirios e iraquíes.

Se trata, se ponga la voluntad que se quiera „el Gobierno de Anlkara dice haber invertido ya más de 7.500 millones de euros en el mantenimiento de los refugiados„ de auténticos «almacenes de inmigrantes» que no pueden perpetuarse porque, entre otras cosas, no reunen las condiciones para ello.

Tremendo. Pero cuando las decisiones de la UE se toman teniendo en cuenta cifras objetivables por encima de las ideas y las opiniones y no a la inversa, tenemos un problema ético: hemos dejado de ver personas para operar con números. Y la dignidad, la libertad y los derechos pasan a un segundo plano, ganando protagonismo la exclusión. Y la crueldad. Y el olvido de que se está hablando de seres humanos que huyen de una realidad diaria en Siria similar a la que solo padecemos en Europa cuando hay actos terroristas de grupos radicales.

Y eso es lo que está ocurriendo en Europa, se ponga el apellido que se ponga: por cada refugiado que devolvamos de Grecia a Turquía „indica el acuerdo„ traeremos otro a la Unión Europea. ¿Qué credibilidad tiene esta cláusula cuando, un país como España solo ha recibido 18 refugiados de un contingente pactado de casi 16.000?

Indignante.

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