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Alfons García03

El verdadero 25 d´abril

La Historia es adicta a estas jugarretas. El verdadero 25 d'Abril, lo que le queda de reivindicación y autoafirmación de un pueblo, digámosle valenciano, se celebró el pasado lunes más en un teatro de Madrid que en las Corts o en Almansa. Los estigmas de la corrupción y el despilfarro de este reino de la gran burbuja fueron reemplazados durante una noche en el imaginario colectivo por unas poderosas artes escénicas, no por sus recursos económicos, pero sí por su capacidad imaginativa y de resistencia. Valencia plantaba la pica en el Teatro Circo Price de Madrid de la mejor danza y los mejores espectáculos musicales e infantiles.

Estaría bien que la noche, mágica, fuera el símbolo del punto de inflexión para unas artes escénicas sometidas durante más de una década al dirigismo político, al conmigo o contra mí „en esta última casilla acabaron casi todos cuando las lentejas a repartir no hacían ni un plato„, al sectarismo, en una palabra.

Y estaría bien que mostrara un camino. Porque ya se sabe que la Historia conserva esa tendencia tan natural a repetirse y no han sido productos tan caros, vacíos de alma y prescindibles como aquellos pretenciosos Balansiyya, Bienvenido Mister Marshall o Las Troyanas los que han hecho historia en estos Max, sino sueños nacidos de la independencia „obligada, sí, en algunos casos„.

Tampoco estaría mal tragarse una píldora de realismo, porque hay nuevos gestos „los políticos de ahora suben a recoger premios con las gentes del teatro„, palabras y actitudes, pero la realidad es tan tozuda que Pinoxxio „el hoy glorioso Pinoxxio„ no se ha visto aún en los teatros de la Generalitat. Habrá que esperar hasta diciembre, en el templo del Principal. Abracémonos hoy, pero mañana toca remangarse o el 25 de abril de 2016 quedará como un espejismo, otro fuego de artificio tan bello y tan valenciano.

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