La Eurocopa que viene todavía no tiene oficialmente cadena española que sacie la patria sed de balompié. El entretenimiento masa es muy necesario en las vidas de buena parte de los que poblarán nuestras costas. Lo están deseando, que llegue el momento de vestir esas camisetas rojas, para ir arriba y abajo en esos paseos playeros familiares en chanclas. Todos ellos pueden dormir tranquilos, porque parece que el tío Vasille está regateando el precio prohibitivo que pide la UEFA, para ofrecer unos partidos poco rentables pero con gran imagen de marca para la pantalla amiga. El interés general que produce este tipo de eventos tienen en mí una excepción, porque el deporte nacional, el cotilleo no, el fútbol, es una cosa que siempre me ha dado bastante igual y del que puedo afirmar, soy un auténtico ignorante.
Puede que mi desconocimiento futbolístico tenga su origen en el patio de mi infancia, porque en el cole siempre me ponían de portero, por eso de no molestar y ahí fue donde descubrí que lo de ir detrás de una pelota nunca se convertiría en una motivación. Vamos, que a mi por dentro, me mueve infinitamente más una gala de Supervivientes que una final de la Champions. Al reality le busco yo en su horario de emisión, a los deportes, me los encuentro sin querer, porque van incluidos dentro del Telediario junto al resto de la selección noticiable de la jornada. Es aquí donde me surge la duda... ¿Es noticia un jugador que baja de un autobús con unos cascos y no saluda a la afición? ¿Son relevantes las lágrimas de un jugador en el vestuario, porque su relación con el que tiene mala leche va de mal en peor? ¿Es un buen ejemplo para miles de niños, una persona que no sabe acabar una frase y es aspiración y modelo a seguir de buena parte de las futuras generaciones? Me parece que no, y si a eso le sumamos la marginación del resto de disciplinas, este espacio de información tendría que llamarse fútbol y otros pequeños deportes?
