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Maite Mercado

Un galán de risa

Era la gran apuesta cómica. José Mota se había convertido en caballo ganador. Todo le salía bien, ya fueran sus programas de sketches o sus especiales de Nochevieja. Se metió en el cine con una película de Álex de la Iglesia y hasta le dieron un Goya. Sin ninguna gracia. Cosas del drama. Quizás fue entonces cuando el humorista se creció o la televisión pública, casi siempre tan acertada, quiso amortizar un recurso seguro. Y le encargaron una serie, El hombre de tu vida, que se anunció como el gran bombazo de la temporada y que ha terminado explotándole en la parrilla a TVE, obligada a quitársela de encima todavía caliente por sus penosos resultados.

Su estreno fue discreto y en su segunda semana no consiguió ni un millón y medio de espectadores. A la tercera cayó al 7,4 por ciento de share, cifra inasumible para el que pretendía retener a los seguidores de Cuéntame que sí competía dignamente con «La Bestia»: Supervivientes. Tan mal lo han visto los programadores que anoche prepararon un «atracón» seriófilo emitiendo los tres últimos capítulos de golpe, pero no como sesión non-stop de consumo en vena sino como liquidación de un saldo que no les lastre todavía más sus ya escuálidas medias de audiencia.

Cuajar una serie al servicio de su protagonista al margen de criterios interpretativos no es nuevo. Recordemos a Ana García Obregón con su particular Frozen y los siete enanitos, aproximadamente. Ni la Obregón era una María von Trapp de extrarradio ni José Mota es el Clooney de Lavapiés pero la bióloga da tanto de sí que ahora graba un reality al estilo de Las Kardashian para DKiss TV producido por Globomedia. A Mota tal vez le hubiera ido mejor con un spin-off de la «vieja al visillo». Ella sí que es mujer de nuestra vida.

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