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No hay cultura de club, solo negocio

Cuando Amadeo Salvo y Aurelio Martínez, dos personas inteligentes, predicaron, ante miles de inocentes valencianistas, la buena nueva de la llegada de Peter Lim a Mestalla sabían probablemente que estaban engañando a la gente.

Ni iba a ser la mayor transacción del fútbol mundial, ni iba a traer grandes figuras a Valencia y ni siquiera iba a evitar que se fueran los mejores (Nicolás Otamendi, André Gomes y ahora Paco Alcácer). El millonario singapurense tampoco ha mostrado interés en acabar el nuevo y olvidado Mestalla. El Valencia se ha convertido en una empresa de compra-venta de jugadores con escaso criterio deportivo y mucho económico. ¿Era eso?

La cultura de club que pretendieron construir, desde la primavera pasada, el entrenador del Valencia, Pako Ayestarán, y el director deportivo, Suso García Pitarch, con la supuesta complicidad de la presidenta, Layhoon Chan, ha resultado una ilusión muy efímera.

El verano les ha puesto ante la cruda realidad. Los tres son simples empleados del dueño. Lim negoció por su cuenta los traspasos de André Gomes y de Alcácer al Barça sin que ni el director deportivo ni el entrenador hayan participado apenas en las dos operaciones más trascendentes del Valencia.

En el caso del delantero valenciano tanto Pitarch como Layhoon se opusieron al propietario por el golpe a la autoestima que significaba la venta de un futbolista tan simbólico. Sin éxito.

El acuerdo entre Lim y Bartomeu estaba cerrado (también por parte del jugador) y solo cabía buscarle una salida airosa a la presidenta para desdecirse de su promesa ante los peñistas.

Alcácer asumiría el coste social en su tierra al pedirle a Layhoon cambiar Mestalla por el Camp Nou.

Ganan en un principio el jugador, el Barça y Lim. La cultura de club salta por los aires. Y la identificación con una entidad incapaz de dar salida a Abdennour y Santos, dos discretos futbolistas con sueldos millonarios, pero sí se desprende de sus mejores jugadores y de los más queridos. Los buenos futbolistas quieren ir donde hay un proyecto deportivo serio.

Amadeo y Aurelio deberían de haberlo sabido. Es solo negocio. Uno más para el magnate Peter Lim.

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