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El PSOE, a por la abstención «crítica»

Uno de los dos bandos del psicodrama socialista, consumado el sábado de la semana pasada, afirmaba que la cuestión esencial que los separaba era su posición respecto de la investidura de Mariano Rajoy. Los partidarios de Pedro Sánchez seguían firmemente dispuestos a votar No, mientras que los "críticos" se dejaban llevar mucho más por los cantos de sirena de la abstención, la gobernabilidad, la estabilidad, y todos esos parabienes que llegarían de inmediato si permitían que Rajoy continuara. Por no hablar de todos los males que aparecerían en el caso de que Rajoy no continuase (a la vista de lo cual, cabría preguntarse: ¿para qué presentarse a las elecciones, si tienen claro que, con Rajoy, la cosa va lo mejor que puede ir, y sin él iría mucho peor?).

Por supuesto, esa visión de las cosas que llegaba desde el pedrismo era completamente interesada, porque en el PSOE lo que se ventilaba era una mera lucha por el poder, y punto. A Pedro Sánchez le interesaba, para conseguir apoyos de la militancia y crearse una oportuna imagen de mártir por los principios de la izquierda, apoyar el no a Rajoy, mientras que los críticos, para granjearse los apoyos del establishment y que editoriales y tertulianos hablasen de su rigor, de su patriotismo, de su espíritu de sacrificio, tenían que, como mínimo, tontear con la abstención.

Pues bien: vencieron los críticos y, menos de una semana después, no sólo está claro que la cosa se va a decantar por la abstención, sino que, encima, parece que va a ser una abstención que al PP le saldrá gratis. Y esperen que no sea de pago, que en el PP ya han estado jugando con la idea de que, visto cómo está el PSOE y que si se repitieran elecciones el máximo beneficiado sería el propio PP, tal vez le exijan al PSOE que ofrezca su voto también para los presupuestos, y para lo que sea menester. ¡No vamos a aceptar la abstención del PSOE a cambio de nada!, viene a ser el planteamiento.

La verdad, aún no tengo claro si este peculiar giro interpretativo que ha hecho el PP de lo que implica negociar para pedir el apoyo de alguien es real (es decir, si creen que pueden sacarle aún más al PSOE, además de la gratuidad de su voto), o es una mera pose. Una escenificación de dureza en las negociaciones por parte del PP para que el PSOE pueda negarse a ese extremo y así dar su abstención a cambio de nada. Es decir, puedan presentarse ante la militancia diciendo: sí, les hemos dado nuestra abstención gratis, a cambio de nada, no cambiarán ninguna ley, ni cambiarán al líder, ni nada de nada... ¡pero al menos no tenemos que apoyarles el resto de la legislatura!

Por ahora, el presidente de la gestora socialista, el presidente de Asturias, Javier Fernández, ya ha dejado claro que abstención sí, pero ya está. Que no garantizará la estabilidad del Gobierno de Rajoy. Que el PSOE puede que se venda, incluso que se venda barato. Es posible, incluso, que se venda gratis... ¡Pero el PSOE crítico jamás se venderá pagando, eso jamás! Mucha suerte a los críticos vendiendo semejante éxito a la militancia y a la opinión pública.

Un éxito que podría ser aún mayor si cristaliza la amenaza de Podemos de romper pactos con el PSOE en diversas comunidades autónomas, como acaba de hacer en Castilla-La Mancha. Amenaza que, no nos engañemos, tiene mucho del infame Episodio I de Star Wars. La amenaza fantasma. Porque tampoco será sencillo para Podemos explicar a su electorado que propician que vuelva el PP a esas comunidades autónomas como consecuencia de su castigo al PSOE por consentir que siga gobernando en España... el PP.

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