Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Dos bodas y dos divorcios

Cuánto gustan las bodas en general y en la tele en particular. Será que muchos televidentes somos unos carrozas o que el romanticismo siempre triunfa en pantalla, como demuestra Pretty woman en cada emisión aunque Julia Roberts no llegue al altar. El caso es que para arrancar El amor está en el aire apuestan por una boda sorpresa y exprés, que es algo muy visto pero garantiza la lágrima. Antena 3 le tiene especial querencia a la temática y con su nuevo programa reedita el espíritu de Sorpresa, sorpresa o Lo que necesitas es amor pero sin Isabel Gemio ni Jesús Puente. La apuesta por Juan y Medio aporta humor, restando almíbar y gravedad a los testimonios más lacrimógenos, cosa que se agradece sobremanera en un programa larguísimo por definición. Echarse unas risas con el invitado al que acabas pidiendo que se haga la prueba de paternidad tiene mucho mérito.

En cambio la reportera que acompaña las sorpresas en la calle y en plató, Ares Teixidó, parece de lágrima fácil. En la pedida de mano era una Magdalena, lógicamente, pero también se emociona con cámaras ocultas, testimonios, reencuentros de amigas o declaraciones de amor, que de todo hay. Por haber, ni siquiera falta un momento cita a ciegas. Todo sirve para que suene la canción Love is in the air, que tanto vale para este programa como para cerrar la última sesión de la discoteca ibicenca Space.

De boda en boda y tiro porque me toca, incluso para Alberto Chicote. Para rizar los malos sueños de Pesadilla en la cocina el cocinero mediático se ha enfrentado esta semana a un banquete nupcial. El restaurante, ubicado en el puerto de Alicante, era una perla solo apta para despedidas de soltería. Ya ven que las marcas turísticas la carga el diablo, a base de enseñar cucarachas por la cocina y boquerones congelados. Difícil de creer que los novios de verdad fueran a casarse allí, por muy amigos que sean del dueño. O que casualmente estuvieran probando el menú de boda y llorando cuando llegaba Chicote. Dudamos que la magia de la tele reflote el restaurante, pero a la pareja les salvó la boda.

No querer ser. A la espera de que alguien salve al PSOE de sí mismo, su crisis ha dado para otro brillante resumen en La sexta columna del viernes. La explicaron como una crisis de pareja entre Pedro Sánchez y Susana Díaz con su ironía y sus canciones. Y mientras la andaluza deshoja la margarita Sara Carbonero ya ha dicho que no Quiero ser. ¿Divorcio con Mediaset o solo un cese temporal de la convivencia? Abandona el programa, dice, por problemas de agenda. Ya lo sabe ella: no se puede jugar siempre la Champions League.

Compartir el artículo

stats