Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Javier Cuervo

Juegos sexuales

Mi tablilla (tablet) ni sabe ni quiere saber nada de sexo. Me inquieta del aparato la función que predice las palabras según vas escribiendo. Es como yo pero en aplicación informática y eso me hace sentir muy amenazado. A veces pongo una palabra, veo cuál es la siguiente que ofrece y sigo y sigo esperando que me escriba el artículo ella sola. Pero me lleva a un lugar común. Otras veces, predice lo que aún no he escrito. Lo desecho, claro. No se puede cobrar por opinar algo que se le puede ocurrir a una tablilla. Si me gusta hacerla escribir de sexo es porque no sabe nada.

Propones a cualquier hispanohablante «sex» y basta que sepa hacer la «o» con un canuto para que termine el vocablo. Pues en «sex» la tablilla me ofrece «sexto», que es lo mismo pero en mandamiento cristiano, o sea lo contrario. Quizá de ahí venga su aversión a las palabras sexuales. Por ir despacio, acaricio en el teclado la palabra «teta» y no la acepta hasta que la escribo. En «tet» no prevé la intención de mi mano y propone «tema» y «te ta», que ni existe. Por si tiene otra tendencia escribo algo corto: «pene». A la altura de «pen» no lo ve venir, como si llegara por detrás, pero en cuanto lo escribo le ve la intención y ofrece «penetrante». «Coño» no lo admite ni una vez escrito y vagina, sólo como algo enfermo: «vaginitis».

Paso a los prolegómenos y se pierde con «unnilingus» a partir de las dos enes. En «felación», propone Feliciano „allá él„ y acierta más en «felicidad». No es para tanto pero un momento de placer en un mundo que puede morder se parece a la felicidad. Con las palabras básicas dispuestas para empezar una relación de términos sexuales del tipo más frecuente, inicio «coito». En «coit» propone «contacto» y «contigo». Bien. Pero no me gusta su tercera propuesta „«contra»„ aunque cabe esperarla de una aplicación que anticipa «sádico» desde que escribes «sad».

Compartir el artículo

stats