Esta semana David Leo se llevó, a medias con Hacienda, 1,8 millones de euros en «Pasapalabra». Justicia poética para un joven poeta que llevaba más de cien programas rondando el rosco perfecto y cierta paradoja para Telecinco, que otorga su premio récord a alguien por sus conocimientos. El sabio ganador se ha ganado también un montón de entrevistas, en las que destaca su esfuerzo y horas de estudio para alcanzar el logro.
Dedicación y trabajo para lograr un objetivo suena a ecuación lógica en la vida, pero no tanto en televisión. La mayoría de los que se asoman a la celebridad inmediata en pantalla lo hacen a costa de vender su vida privada en reality. Alegrémonos, pues, de que aún haya espacios para la sana meritocracia del saber en la programación. Por méritos en Telecinco no será, pero en el reverso de la moneda está estos días Jorge Javier Vázquez, cuestionado como presentador de «Gran Hermano» y con «Sálvame Deluxe» en horas bajas. Podemos suponer que tanta exposición acaba por desgastar al programa y al presentador, aunque haya excepciones como Jordi Hurtado o Ana Blanco. Pero también hay factores externos, como la competencia o la alargada sombra de Mercedes Milá. En el caso del «Deluxe», ha liderado la audiencia nocturna de los viernes mucho tiempo con famosos tan de serie B que solo los conocen los más fieles adictos a la cadena. Ahora ha de competir con «Tu cara me suena» en Antena 3, que pone a cantar y bailar a gente más famosa en un espectáculo familiar que la semana pasada arrasó.
Cristina Pedroche haciendo de Jennifer Lopez fue su principal atractivo, que es mucho. La chica gusta tanto que lo que toca lo convierte en audiencia. ¿Acaso eso no tiene mérito?
