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El sexo y las urgencias

El título del programa no puede ser más llamativo: «El sexo me llevó a Urgencias». Tras la sorpresa inicial, qué menos que aparcar el zapeo unos minutos para desentrañar hasta dónde llega el atrevimiento de este formato norteamericano aterrizado en el canal DKiss. El sexo vende, también en televisión, y a nadie se le escapa que puede convertirse en una urgencia. Pero lo de acabar en el hospital, en Urgencias, es efectivamente palabra mayúscula. Y ahí es donde se mueve el programa: entre el bochorno, el chiste y la leyenda urbana. Por si nos quedaba algo por ver en la TDT.

Propuestas como esta, «Adán y Eva» o «Aventura en pelotas» se ganan el beneficio de la duda y el morbo antes de empezar la emisión. Y aunque luego nunca sea para tanto, el título también aporta su pizca de gracia y voluntad humorística. Aquí hay mucha más comedia que drama aunque algunos de los afectados se hicieron daño de verdad. Parejas que realmente en su día fueron el hazmerreír en un hospital estadounidense dan la cara ahora para explicar su historia mientras ellos mismos o actores lo escenifican. Entre el testimonio y las «Matrimoniadas» de José Luis Moreno, para entendernos, se cuenta cómo un señor se fracturó el pene sin caer nunca en los dos rombos. Su mujer se parte de la risa rememorándolo, él menos, pero parecen felices tras haber salvado a su soldado Ryan.

Después una payasa acaba ingresada por haber jugado íntimamente con el aire de los globos, unos fogosos recién casados sufren una bochornosa caída por una escalera y así va el programa desde 2013 por las ondas del mundo. En televisión, tergiversando a Unamuno, también les pedimos a los norteamericanos «que inventen ellos».

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