Valencia es Europa. Lo fue cuando los labradores con blusones negros salían al extranjero a vender sus naranjas. Pero ya en el siglo XV, la agricultura valenciana tenía una gran proyección y Valencia era símbolo comercial del Mediterráneo.A finales del siglo XIX y comienzos del XX las exportaciones tuvieron un considerable impulso gracias a la aparición de clientes europeos. Una expansión comercial como la alcanzada en la segunda mitad del siglo XIX, no se improvisa; se debe al esfuerzo y a la imaginativa audacia de los valencianos que supieron aprovechar la demanda exterior y la revolución de los transportes para el progreso de una situación ya consolidada. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial surgió la idea de que una tragedia similar no se debía repetir. En el discurso del 19 de septiembre de 1946 en Zúrich Churchill dijo: «Hace falta un remedio milagroso que transforme por completo la situación y que, en unos años, cree una Europa libre y feliz..... Debemos construir unos Estados Unidos de Europa».
Los objetivos se conseguirían mediante acuerdos en lo económico, social, cultural, científico, jurídico, administrativo y una mayor efectividad de los derechos humanos y las libertades fundamentales. Recuerdo la ilusión y necesidad que, después de una dictadura, teníamos por pertenecer a la Unión Europea. Se luchaba, entonces por una Europa con ideales, libre y generosa. Me temo que se haya entregado más a la política y abandonado su generosidad.
El miedo y el populismo están poniendo el peligro su progreso.Ignoro si somos conscientes de lo que la Comunidad Valenciana ha recibido y sigue recibiendo de los distintos Fondos Europeos, nos parece lo normal, pero si hacemos un poco de memoria nos daremos cuenta lo que nos ha costado estar donde estamos y lo que nuestros políticos valencianos han trabajado, incluso antes de pertenecer a la UE y una vez siendo España ya miembro -hace 30 años-. Un ejemplo claro de cómo Valencia está presente en Europa, es el del Comité de las Regiones en el que hemos llegado a tener a la vez, la Presidencia y un miembro.No hace muchos días que la Comisaria europea de Política Regional, estuvo en Valencia. Durante su visita se celebró una de las iniciativas comunitarias: diálogo de los ciudadanos con la participación de los valencianos: (empresarios, sindicato, agricultores, universitarios, jubilados) en el cual se abordaron muchos temas. En las palabras del President percibí su europeísmo.Una de las prioridades europeas es la Unión Energética; desgraciadamente, la Península Ibérica sigue estando aislada del resto de Europa. Es por ello, por lo que se trabaja para que a los valencianos se nos facilite el desarrollo económico sin las trabas por estar aislados en este sector. Es necesario un suministro energético, que lidere la producción de energías renovables y la lucha contra el calentamiento global. A lo largo de este año se han celebrado jornadas sobre el Plan de Inversión, el famoso y discutido TTIP Encuadradas en las10 prioridades de la Comisión Juncker. Esto me hace pensar que con sombras y luces, Valencia es Europa. La bella Europa que despertó una pasión incontenible en Zeus... e hicieron el amor al sur de Creta, bajo la sombra de unos plátanos que en su recuerdo no perdieron jamás sus hojas.
