Hace un año por estas fechas me sorprendía un amplio local de la Gran Vía Germanías, montado con especial buen gusto, destinado a ofrecer una segunda vida a prendas y complementos de primerísimas firmas. Era «El Vestidor», la feliz iniciativa de MªÁngeles Miguel, que abría sus puertas llena de ilusión. Ahora «El Vestidor» ha festejado su primer cumpleaños de la mejor manera posible: con un íntimo homenaje al que fue genial maestro de la costura, Juan Izquierdo. MªÁngeles y su socia, Yolanda Serrano, han logrado reunir una selecta colección de vestidos de fiesta realizados por el añorado modisto en los años 1992 y 1993. Asombra la inspiración que lo alentó, la perfección de su acabado milimétrico, los bordados suntuosos ejecutados sobre la pieza ya terminada, y siempre el exquisito sentido de la proporción.
La vibración afectiva de la reunión se intensificó con la presencia de Laura Grande, la conocida presentadora de televisión, que era sobrina de Izquierdo y estuvo muy unida a el. Recordaba Laura haber visto, siendo niña, algunos de esos vestidos preciosos cuando estaban a punto de prueba en el taller de su tío, aquel inolvidable piso de la calle Correos. También tenía gratos recuerdos otra figura televisiva, Carmen Alcayde, cuya madre, Lucía Ballesteros „toda una belleza„ fue una de las mejores musas de Juan. Y algo parecido cabe decir de Mayrén Beneyto, que en tantas ocasiones lució modelos de Izquierdo, y que acudió a la cita acompañada por Juan Antonio Murgui. El escaparate se engalanaba con uno de esos trajes de novia característicos del creador valenciano, prototipos de una elegancia que trasciende el paso del tiempo, cosa que pudieron comprobar las invitadas más jóvenes probando sobre sus vaqueros alguna chaqueta superbordada, resultando una imagen de sorprendente impacto actual. Disfrutaron las, y los, invitados. Además, de las citadas, coincidieron Paula Rincón de Arellano, Begoña Císcar, Silvia Bordo di Carminati, MªDolores Enguix y su marido Marcelo Soto. Y tampoco se lo perdieron Jarr y Josep Lozano. Hacen bien, porque «El Vestidor» demuestra que está cumpliendo el objetivo con que se fundó: dar una vida nueva a prendas y complementos excepcionales. Además se pueden encontrar allí las originales joyas que diseña Yolanda Serran. Es comprensible que, como revela MªÁngeles, «no pasa día sin que entre alguien nuevo y muestre su satisfacción por la tienda y lo que contiene». Ni la belleza ni la elegancia auténtica tienen fecha de caducidad. Y su historia les añade seducción.
