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Fácilmente manipulables

Es una noticia alarmante para el futuro de la democracia: un 80 `por ciento de los adolescentes de un país como EEUU son incapaces de distinguir entre información y publicidad.

El periodismo se financia en buena medida en Estados Unidos y otros lugares a base de contenidos patrocinados por las empresas, es decir publicidad disfrazada de información periodística.

Y los jóvenes, que pasan la mayor parte de su tiempo enganchados a internet, son fácilmente manipulables.

Lo afirma en una entrevista con el semanario alemán Die Zeit Sam Wineburg, profesor de Ciencias de la Educación de la Universidad de Stanford.

La credulidad forma parte de la condición humana, pero lo nuevo es que el bombardeo informativo en internet dificulta enormemente la criba, tarea ineludible de una prensa responsable.

Y basta muchas veces con adornar la información con un par de datos o tablas estadísticas para que los lectores, y no sólo los más jóvenes, la crean a pies juntillas.

Antes de que existiese internet, explica Wineburg, los expertos opinaban de asuntos de su especialidad y los periodistas comprobaban la veracidad de todo antes de publicarlo.

Hoy cualquiera puede opinar de cualquier cosa y la opinión más disparatada se convierte fácilmente en "viral" en las redes sociales sin que nadie asuma responsabilidad alguna.

Así, por ejemplo, la no solo falsa, sino claramente disparatada noticia de que el papa Francisco apoyaba a Donald Trump en la campaña electoral estadounidense, fue compartida más de un millón de veces en las redes sociales.

Y lo que ocurre con la información escrita, sucede también con las fotografías, que se manipulan fácilmente para utilizarlas en el contexto que interesa, algo que no pasa, justo es reconocerlo, en internet sino también en los medios tradicionales.

El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, ha rehuido toda responsabilidad en la difusión a través de esa red social de noticias falsas, algo que el profesor Wineburg califica de "deshonesto".

"Zuckerberg ha de reconocer, dice Wineburg, como hizo Robert Oppenheimer, el llamado padre de la bomba atómica, tras participar en el proyecto Manhattan, que Facebook es un instrumento dotado de una fuerza devastadora".

"Y es responsabilidad suya el que sea un instrumento para la paz y no para la destrucción. Zuckerberg ha creado una bomba de un tipo distinto y tiene que asumir esa responsabilidad".

Facebook podría distinguir con sus algoritmos las noticias falsas y eliminarlas, del mismo modo que aquéllos funcionan para eliminar el material pornográfico en la red, señala el profesor estadounidense.

Pero las propias escuelas tienen también su parte de responsabilidad: necesitan enseñar a los alumnos a discriminar en internet y distinguir todo lo tóxico.

Como explica el filósofo Michael Lynch, internet es un arma de doble filo: el mejor instrumento para comprobar la veracidad de las informaciones, pero al mismo tiempo el que más puede ayudar al usuario a reafirmarse en los propios prejuicios.

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