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El arte de buscar problemas...

La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados», decía el actor norteamericano Groucho Marx. Una reflexión que, sin duda, encaja a la perfección en la disputa entre el Ministerio de Educación y la Universitat de València por las becas, desvelado por este periódico. Un sinsentido que ha dejado sin acceso a las ayudas a una cifra incalculable de estudiantes sin recursos, porque nadie es capaz de explicar a cuántas personas se les ha negado la tramitación de su solicitud.

Cuando un conflicto se plantea en términos de beligerancia y se excavan trincheras antes de intentar establecer cauces de diálogo, la solución se enquista y depende de que alguien se proclame vencedor y el «enemigo» reconozca la derrota. Y si no es así, el enfrentamiento se enquista, se prolonga y los ciudadanos terminan pagando las consecuencias de un conflicto surrealista e irracional.

Y algo así parece estar sucediendo con los estudiantes emanciapados que no pueden justificar unos ingresos superiores a los 3.771 euros. El Ministerio de Educación, responsable de la decisión final sobre quién se beneficia o no de las ayudas, acusa a la Universitat de València de «excederse en sus funciones» por no tramitar algunas de las solicitudes, y el rectorado replica que se limitan a cumplir con lo marcado en el Real Decreto que regula dichas ayudas.

¿Y cuál es el problema? Que el Ministerio da por hecho que para acceder a dichas ayudas, se sobreentiende que los que tienen menos ingresos anuales de 3.771 euros están incluídos, mientras que para la Universitat, tal y como se recoge en el citado Real Decreto, el umbral mínimo recogido en la tabla, el «1», es de más de 3.771 euros, con lo que interpreta que de ahí para abajo, nada de nada. Como decía a Levante-EMV el delegado del rector, «cuenta lo escrito en la convocatoria, lo demás son palabras».

Y ahí se queda todo. Cada uno firme en su trinchera y en su posición disparando „es necesario recordar que son funci0narios y cobran de los impuestos que pagan todos los ciudadanos (incluídos los padres de los estudiantes a los que impiden acceder a las becas)„ , mientras que a los estudiantes a los que deben dar soluciones, deben permanecer agazapados, sin más arma que la voz, para optar a una ayuda para estudiar que les corresponde.

Pues NO; rechazo la resignación. Si el Ministerio de Educación dice que tienen derecho, que la Universitat tramite las solicitudes, ya las aprobará Méndez de Vigo. Y si la UV dice que el decreto está mal porque no incluye el «sobreentendido» umbral «0», que se haga una modificación del Real Decreto y se incluya ¿Es tan difícil?

La Administración debe dejar de moverse como elefante torpe para evitar más damnificados.

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