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Einstein

Julio, agosto, vacaciones escolares. Tiempo de compartir tiempo con los hijos. La tele y los hijos. Cuando son pequeños, no hay nada que negociar, se ve lo que ellos quieren. Por dos razones principalmente, la primera: por no discutir, la segunda: por disfrutar del breve placer de tenerlos hipnotizados viendo por enésima vez su película favorita y poder dedicarnos a tareas de adultos. Ideas para estas tareas: pensar, leer, respirar y disfrutar de la compañía de otro adulto, o bien sentarte con tu hijo a ver por enésima vez esa película que, si te pusieras, ya serías capaz de dibujar.

Pero los niños crecen y, en ese caso, propongo una entente cordial. Es decir, buscar películas o series que os gusten a los dos, que podáis comentar, chocar los cinco cuando pasa algo que mola y al final del capítulo miraros a los ojos y, con media sonrisa, deciros: ¿ponemos otro?. Hace tiempo recomendé «Stranger Things», cuya segunda temporada llega en octubre, o «The get down», si os gusta la música y el rollo «vintage». Está, por supuesto, «Juego de Tronos», que da mucho «juego» para comentar en la cena, el coche, o paseando por la playa.

Nosotros estamos ahora con «Genius», una serie que relata la vida de Einstein desde su juventud, compartiendo las peripecias que le tocó vivir y superar, hasta llegar a ser uno de los más grandes genios científicos de la humanidad. El gran Geoffrey Rush interpreta a Einstein en el último tercio de su vida.

Disfrutamos mucho viéndola, entretenidos y aprendiendo. Aprendemos historia, la de la ciencia y la universal: desde la primera guerra mundial, hasta el nacimiento y triunfo del nazismo. Las circunstancias que le llevaron a intervenir en la fabricación de la bomba atómica. También la hipocresía de la sociedad europea de entre guerras. Pero sobre todo aprendemos la perseverancia de un espíritu indomable, la tozudez de Einstein para seguir su camino, aunque las circunstancias se confabularan para apartarlo de él. Y nos damos cuenta, porque en eso la ciencia es igual que las artes, de que la imaginación de los hombres y mujeres es lo que en realidad hace avanzar al mundo.

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