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Tots a una veu, o no

El tema de Cataluña es “el tema”. El conflicto resulta, además de grave, apasionante y atávico si me apuran. Ya los teóricos de la escuela marxista lo llamaban “la cuestión nacional”, un objetivo este de construir patrias para el que se usan los mismos argumentos ya sea para dejar libre un país o para invadir Finlandia. Y quiso la caprichosa agenda que Mariano Rajoy recibiera a Ximo Puig justo cuando se abría el ojo de huracán de este “Irma” catalán y claro, el debate sobre la financiación de la Comunitat fue tratado públicamente con tan inmerecida como habitual indiferencia. El “problema valenciano” se volvió “problemita”.

>Pasaba por allí. Puig fue interpelado cual el espontáneo que escapa del lugar del crimen sin tener nada que ver. Pasaba por allí. Sin embargo el referéndum catalán afecta directamente a los valencianos aunque en la calle no nos demos por aludidos. Porque desvirtúa la marginación financiera y el déficit de infraestructuras de que somos víctimas y porque obligará a posicionarse muy pronto a los integrantes del gobierno valenciano que, ahora, orillan pronunciarse ¿Cómo se sitúan PSPV, Podemos y Compromís ante el desafío soberanista?

>Silencio. Para empezar estamos seguros de que el Molt Honorable se ve en el centro de un torbellino. A un lado observa a un Rajoy que encabeza la serena pero inamovible posición sobre los problemas territoriales -y que no ha sabido atajar el discurso reivindicativo de los nacionalismos- y a su siniestra se ve acompañado por un partido como Podemos -que le permite ser president- y que retiraba banderas de España en el hemicicle catalán durante el pleno de la discordia. En cuanto a Compromís, no descubrimos nada al intuir analogía ideológica y la concomitancia en la narrativa gestual y política con el bloque “indepe”. Sólo hay que seguir la cuenta de Twitter de algún alto cargo “taronja”.

>La nación. El caso es que a la hora de construir naciones -que es de lo que se trata- la patria en definitiva tiene dos mitades. Una pasional y otra en cuanto a su articulación. A eso se debía referir esta semana Pedro Sánchez cuando soltó aquello de que todas las naciones son España, entre atrevido y metafísico. Más allá de la aparente “coentor” -sobre la que ha saltado como un tigre la cátedra mesetaria- venía a decir Sánchez que cada ciudadano tiene una forma de entender “su” patria. Es algo parecido a la religión. Por ejemplo, los valencianos entendemos España de una forma, la mayoría de nosotros según las encuestas. Sánchez ha logrado captar el interés de la demagogia tertuliana, de los fieles y de los adversarios. Estos últimos le han cogido el guante y Mariano Rajoy ha aceptado dialogar, por primera vez, de lo que somos. Rajoy Brey no abre la mano aquí por convicción, sino por táctica, pero lo hace. Y eso, paradójicamente, no es una buena noticia para Ximo Puig.

>Bilateral. Seguramente el president del Consell y su fontanería soñaron con que la reunión con el presidente del Gobierno en Moncloa del jueves mantendría cierto marchamo de bilateralidad. Era lo ideal. Pero el espejismo se diluyó por la agenda catalana y porque la propuesta de Sánchez -lo de meter a Galicia y excluir la CV entre las naciones “puras” es puro dumping ideológico- diluye cualquier atisbo de plan adhoc para solventar el “problema valenciano”. Porque la comisión que prepara el parlamento a instancias del secretario general del PSOE para abordar la cuestión territorial de España, incluye también el tema del dinero. Y ya se sabe -sabio Napoleón- que para que un problema perdure hay que crear una comisión.

>Manifestación. Por todo ello, la pretendida manifestación convocada por los sindicatos “tots a una veu” para reclamar una financiación justa a Madrid nace muerta. Para empezar porque el PPCV ni está ni estará tras la pancarta. Si alguien pensaba que Isabel Bonig y compañía iban a compartir una mani festoneada con banderas esteladas, republicanas y de la CNT-FAI -muy poco institucional y si algo maulet y colorista- es que no conocen a la criatura y que el realismo mágico que cultivan algunos cerebros ha dejado de ser un vehículo para tornarse patología. ¿Apoyó la izquierda el “Agua para todos” en los años del PPCV? Pues lo mismo con la financiación. Donde las dan, las toman.

>Puigdemont. Así que el “tots a una veu, germans vingau” dormirá el sueño de los justos. Se acerca un octubre caliente, un referéndum el 1-O y un 9 de octubre sensible y los focos de la política valenciana mirarán a Cataluña. Allí un Puigdemont que no afloja y que cultiva el romanticismo atávico del siglo XX, tan propenso a "echarse al monte", marca los tiempos. Vacunado contra una idea razonable en la que “lo nacional” tendría cabida en una España plural, acogedora y nutricia, está a punto de descarrilar el tren. Entonces ¿qué dirán nuestros gobernantes el 2 de octubre? Ansia viva tenemos.

LA BROMA DEL YIHADISMO

Todo es opinable pero a un servidor no deja de inquietarle que al común de los tuiteros -incluidos trolls y diletantes- le haga risa la amenaza de un cordobés enrolado en la Yihad. Junto al dilema territorial y el pulso catalán, la amenaza terrorista es el otro gran problema de este país. ¿Estamos seguros en Valencia? Si quieren seguir en la línea del humor siniestro, habrá que agradecerle a Grezzi que haya diseñado sin querer la calle más segura de Europa. Entre conos, bancos, árboles, balizas y motos, la Calle Colón está más blindada que Fort Knox. Sin embargo lo que realmente deberíamos preguntar a nuestras autoridades -Moragues y Ribó- es si estamos seguros. Si están trabajando en blindajes específicos. Porque tanto por la cadencia con la que actúa esta gente como por las especiales condiciones de la concentración, las Fallas 2018 ofrecen las condiciones de la tormenta perfecta. Hacen bien en estar preocupados los expertos en seguridad.

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