El presidente de la Generalitat y líder del PSPV se fue directo el jueves del Palacio de la Moncloa a Berlín. El acto más relevante de su visita era más protocolario que otra cosa, la asistencia a la Fiesta del Ciudadano invitado por el presidente de la República alemana, pero indica la trascendencia que Ximo Puig da a su agenda europea.
La UE puede ser una fuente de recursos (eso requiere mirada a largo plazo), pero sobre todo es vista desde el Palau de la Generalitat como un foco emisor de reputación y prestigio. En esa vía interpretativa puede situarse la visita del pasado mes de junio a Estrasburgo para entrevistarse con el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker (el segundo presidente autonómico que lo hacía, después de Íñigo Urkullu); la designación de Puig como coordinador de la delegación española ante el Comité de las Regiones, o el refuerzo a la delegación valenciana en Bruselas tras los cambios en el Consell de hace un año.
Y de esa línea, que refuerza el perfil institucional de Puig (cuestión interesante cuando se empiezan a tomar posiciones de cara a las elecciones de 2019), forma parte la reunión en València el próximo viernes del grupo socialista del Parlamento Europeo.
Primero iba a ser solo el encuentro de los socialistas del Comité de las Regiones, con su presidente, Karl-Heinz Lambertz, al frente. Después se ha logrado que València acoja también por primera vez una reunión del grupo socialista de la Eurocámara, encabezado por su titular, Gianni Pittella. Brillo de Bruselas para el PSPV, en fin, y para Puig, a quien sus colaboradores describen en privado como un mejor presidente que candidato. Todo lo que afiance así su rostro más institucional es un regalo.
Brillo además justo después de una etapa convulsa, con la fractura interna tras el derrocamiento de Pedro Sánchez como líder del PSOE y la participación de Puig en esta operación. El proceso en el territorio valenciano ha acabado (de momento, al menos) con dos primarias. Las federales fueron un bofetón para el presidente valenciano por la victoria arrolladora del depuesto Sánchez y las de país afianzaron a Puig como secretario general del PSPV ante un sanchismo fragmentado.
El lustre europeo para el PSPV puede interpretarse como una contribución a aliviar tensiones. Más si la reunión de València (Europa together es el título de la jornada) propicia un nuevo encuentro entre Puig y Sánchez, ya que el secretario general podría dejarse caer por el cónclave, como vaticinan fuentes del PSPV.
Ambos líderes han hablado telefónicamente en varias ocasiones en las últimas semanas, si bien aun no se ha producido el encuentro que pactaron durante la charla privada de diez minutos que mantuvieron durante el congreso del PSPV de Elx, a finales de julio. La UE puede darles una oportunidad más de entenderse. Al fin y al cabo, ese era supuestamente el mensaje de los militantes este verano. No está tan lejano.
