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Cita con Amado

Nada otoño el estreno de la nueva colección de Amado es un acontecimiento que se aguarda con expectación y al que acuden las mujeres más notables de nuestra sociedad, y también los hombres, como el doctor Juan Antonio Murgui, que saben por experiencia que la elegancia no es una exclusiva femenina.

Esta vez la exhibición tuvo lugar -con magnífica decoración floral de L´Alquería- en el Salón Stolz del Ateneo Mercantil, cuya presidenta Carmen de Rosa encabezaba el público femenino. Por ejemplo, Lola Sancho, Mayrén Beneyto, Paloma Tárrega, Ángela Pla, Ana Vilar, Silvia Lafuente, María José Albert, Amparo Lacomba, Celia Valiente.

Sobre una pantalla gigante, imágenes acompasadas servían de fondo al desfile que se inició, rompiendo moldes, con atmósfera "jeans", pantalones vaqueros que sustituyen los consabidos rotos por parches de piel rasada en colores vivos, apareciendo además en las mangas de graciosas cazadoras, y extendiéndose a la moda infantil, que lucieron los dos "peques" de Lucía Aparicio, a juego con ella.

Una bailarina del Estudio Esther Mortes, transfigurada por el maquillaje en travieso león, dio paso a los modelos "animal print" mientras la pantalla se vestía de frondosa selva, para dar paso a una feliz asociación del cachemir con la piel "Rex", en parkas, chalecos y manteletas de airoso porte. Y de nuevo la mezcla, esta vez en prendas de punto trenzadas con "rakoon" y visón, impactante en los chalecos largos y reversibles.

Amado opta por interpretar las pieles lujosas en estilos desenvueltos, alejados de todo aparato y ostentación. Renard coloreado valientemente y visones tipo camuflaje en prendas ligeras con capuchas desmontables fueron seguidas por un original trabajo de astrakán negro y violeta formando cuadros Vichy en abrigos rectos muy favorecedores. También el astrakán, pero contrastando blanco y negro, sorprende en forma de lunares, obra de marquetería. Y reaparece el astrakán, aliado con el largo pelo de cabra del Tíbet, aportando un toque étnico subrayado por ornamentos en profusión de pasamanería, cordones y monedas exóticas.

Los visones, desprovistos de monumentalismo, se rejuvenecen en estallido de colores y formas, que acentúan cremalleras, flecos de ante y singulares chaquetas de doble manga. O formando estrellas sobre un vestido de gasa blanca con plumas de marabú. Para concluir, un homenaje a Sara Montiel, reproduciendo un abrigo que Amado creó para ella: de visón blanco combinado horizontalmente con una especie de rafia negra. Absolutamente espectacular.

Las ovaciones entusiastas premiaron la inspiración y la técnica magistral de Amado, como asimismo recibieron la ajustada intervención de Eduardo Alcalde, presidente de Fuvace, entidad benéfica en favor de la cual se celebró la gala, conducida por Natalia Martínez. Con rosas para las asistentes, que las propias maniquíes distribuyeron durante el «carrusel» final, concluyó el acto, dejando un aroma de placer y admiración.

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