En mi televisor, y gracias a las tres horas que mi mujer pasó conversando con un desconocido, se pueden ver ahora decenas y decenas de canales diferentes. El 90 % de ellos están ocupados por norteamericanos haciendo autopsias, o reformas, o intentando vender en una casa de empeños el sable que utilizó el general Morgenfield en la batalla de Chuflasvania. El resto de los canales son más o menos así de interesantes, aunque hay veces que te topas con algo que vale la pena y es como cuando te encuentras un billete de 10 en el abrigo que no te ponías desde el invierno pasado .
El wolframio resiste las reacciones redox, casi todos los ácidos comunes (incluyendo el fluorhídrico) y álcalis, pero sólo en su estado de máxima pureza, aunque se oxida rápidamente expuesto a peróxido de hidrógeno.
Perdonen, pero quería comprobar algo que se dijo en una cosa maravillosa que me encontré en uno de esos canales. «¿Quién demonios va a leer el segundo párrafo?», le pregunta el director del «Examiner» a su mejor periodista en Primera plana. No era la primera vez que escuchaba en boca de Walter Matthau la clave definitiva del periodismo. La de Billy Wilder es una de mis películas preferidas y en la desocupada postadolescencia la podía ver tres o cuatro veces al año. Pero encontrármela de repente mientras ejecutaba con el mando a médicos forenses, albañiles chicanos y a un señor con barba mormona que dice «los chicos me llaman siempre que quieren saber más sobre objetos de la guerra de secesión», fue una alegría, aunque también me provocó cierto pesar.
Lo de la alegría ya queda claro: Primera plan», Casablanc», Centauros del desierto, El verdugo... Son cosas que no pueden hacer mal a la persona, por lo que su contemplación gratuita y regular debería ser un regalo de la administración pública a sus administrados. Y el pesar es ese: es muy complicado encontrar sin buscarlo un peliculón de hace más de 30 años en un canal o concesión pública. La 2 programa cada noche cine español de cualquier época, y algunas películas están muy bien y otras no. Pero si quieres ver «Primera plana», y ya no digamos «Luna nueva», has de recurrir a pagar y a que tu pareja le aguante la chapa a un señor o señora desconocidos. Y eso no es nada bueno si lo que uno quiere es mantener una relación sentimental más o menos sana.
