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Reyes

Pasaron Sus Majestades, los llamados Reyes Magos, cuya magia consiste, sin duda, en esa ubicuidad que les hace estar en miles de lugares distintos al mismo tiempo. Pero de nuevo se fueron de largo sin dejar nada en mi balcón, aunque puede que sea porque no tengo balcón. La cabalgata en València, con los cerebrales cambios de Pere Fuset, discurrió entre niños vociferantes, nada racistas, porque su preferido sigue siendo Baltasar, el «rey negro», y héroe incondicional. Lo mejor de la festividad es que echa el telón definitivo a unas fiestas que acaban cargando, y terminan con esa televisión de anuncios perfumistas agobiante y exhaustiva. Lo malo es que volverán para aromar a los enamorados en no nada. Los Reyes de la cabalgata de este año tenían cierto parecido con gentes que conocemos. Uno de ellos parecía talmente Antonio Cortés, un fotógrafo que lleva años captando las mejores imágenes de nuestras fiestas tradicionales de manera excepcional. Otro recordaba a Bernardo Guzman, de amplia y brillante trayectoria radiofónica, y el tercero, un Baltasar que no era de cara embetunada, sino real, a Issa Badji, un labrador de Mercavalència. Parecidos razonables, porque ya se sabe que todos tenemos un sosias o un clón.

La Expo Jove, finalizada el pasado jueves, tuvo sus miles de visitantes acostumbrados porque resulta atractiva y se puede soltar por allí a los niños que en casa dan la vara. Uno de los espacios de esta feria navideña de más éxito lo constituyeron Los Trotamundos, un grupo de animación infantil de Espectáculos La Unión, ideado por el matrimonio Carles Chova-Manoli Alba, que hizo las delicias junto a Rosa Montañés y la pareja Sonia Armela y Michel. Chova es un trotamundos que en todas partes se halla.

Pero un auténtico «rey mago» hizo sus exhibición de alto ilusionismo en Expo Jove, triunfando según costumbre. Fue Yunke, tal vez uno de los mejores de Europa, quien de nuevo maravilló con su peculiar manera de hacer creer lo increíble. Salvador Vicent, que así se llama este Yunke de La Vilavella, tiene personalidad y oficio, como otro valenciano, Jammes Garibo, y de ellos tienen mucho que aprender ese aluvión aparecido de ilusos ilusionistas que parecen practicar la «Magia Borrás» que nos dejaban los antiguos Reyes Magos. Magia tuvo Aisha Bordas en su actuación con la Allegro Big Band el pasado jueves en el teatro Flumen. Cantante valenciana de grandes registros para el soul, blues y swing, Aisha dio un recital de auténtica profesional, no suficientemente valorada. Ana Isabel Bordas, ese es su nombre, fue de la corte de honor de la Fallera Mayor de Valencia Begoña Jiménez en 2013, siendo habitual cantante de musicales y diversos eventos artísticos. Su concierto del Flumen, con la banda dirigida por Rafael Ferrer, fue todo un espectáculo que mereció un teatro a rebosar, cosa que, paradójicamente, no sucedió. Así va nuestra cultura musical. El clásico «roscón» de Reyes acabó por colmar los excesos gastronómicos navideños. Hemos llegado a aborrecer más la comida que un concierto de Vanesa Martín, exponente de aburrimiento de una cantante aupada al trono sin saberse muy bien por qué y supone un auténtico «roscón» relleno de tedio. Todo lo contrario que Óscar Tramoyeres, el monologuista de Rafelbunyol, que siempre divierte y arranca las risas. El próximo viernes volverá al Talía con su monólogo «Guerra de sexos, sexos en guerra», una batalla que todos libramos a diario con claras y eternas vencedoras... que no son esas ridículas y conflictivas Reinas Magas Republicanas, que el «rey mago» Joan Ribó se sacó de la manga y de las arcas municipales. Esas mismas arcas que estuvieron secas para iluminar las calles de la ciudad adecuadamente en las recién terminadas navidades...

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