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Paradojas

Vivimos en un mundo rodeado de paradojas, contrasentidos y disparates, mal que nos pese. Se dice que la paradoja es aquello que parece contrario a la lógica o que induce a contradicciones, y de ello tenemos ejemplos claros y recientes, como que el catalán independentista Alfred García sea enviado por TVE, cadena estatal, a representar España en Eurovisión, que Lolita Flores «mate» al cantante valenciano Juan Bau en «Tu cara me suena» o que Mónica Oltra sea la fallera mayor de una falla valenciana.

La «muerte» de Juan Bau en boca de Lolita tiene su disculpa, al que confiesa haber confundido con Juan Camacho, y así lo hizo ver la propia actriz cantante en su cuenta sin cuento de Twitter. Tanto al cantante de Aldaia como a su pianista y manager, José Luis Faulí, no les bastó, y exigieron que Lolita lo hiciera también en el mismo programa donde se produjo el «necro-ilógico» error. Pero al ser semifinal en directo y Lolita estar triunfando en el teatro Talía de València, fue sustituida por Santiago Segura, y la cosa no quedó muy clara. Juan Bau está vivito y coleando, con actuaciones constantes en Perú, Costa Rica y Colombia, donde es un ídolo, en paradoja con su tierra, donde no se le tiene muy en cuenta.

Por otra parte, lo de la señora vicepresidenta fallera mayor de la comisión Ángel del Alcázar-José Maestre-«El Cid» es, a mi corto entender, una paradoja de sentimientos contrarios, pese a la trayectoria fallera de dicha señora y su vinculación familiar paterna con la barriada de enclave de la falla Ángel del Alcázar, calle que ya no es tal «ángel» sino «Carrer dels Jurats», por el trueque de nombres de calles maniobrado por el propio partido de la fallera y por orden del señor alcalde Ribó.

No es una paradoja, sino pura lógica que una niña valenciana de l´Eliana, Melani García, a sus 10 años, haya sorprendido a España entera tras su aparición en «La Voz Kids», de Telecinco. Su increíble voz de soprano admiró a los tres acreditados miembros del jurado bajo contrato, Melendi, Rosario Flores y Antonio Orozco, que al girar sus respectivos asientos del tribunal alucinaron ante la visión de tan infantil cantante, acompañada de su inseparable peluche «Abracito». La paradoja se produce cuando el tiempo entre la grabación y su emisión es tan largo que todos conocen previamente el desarrollo del concurso menos los telespectadores.

No tan kid, pero más famosa, Marta Sánchez ha saltado a la más radiante actualidad cabalgando sobre el himno nacional español. La cantante madrileña, que cumplirá 52 años el mismísimo día de la Virgen de los Desamparados, tuvo la ocurrencia de poner letra a la enseña musical nacional mientras estaba en tierra extraña, o séase, Miami. El resultado ha tenido un repercusión absoluta, recuperando la figura de Marta, un tanto en decadencia. Incluso el alcaldable González Pons ha sugerido que se cante en la final futbolera de la Copa del Rey. La paradoja está en que tanto revuelo y comentarios sean para un himno que, desde hace años, desgraciadamente, es pitado por las hordas salvajes en la calle, en el fútbol y hasta en la mismísima nit de la cremà valenciana.

Hasta el follonero Jordi Èvole, que de su idealismo hace apología en televisión y se forra con ello, atacó a Marta Sánchez y su himno en «El hormiguero» de Pablo Motos del que parece abonado, faltaría más. Mejor humor y disposición tuvo Dani Rovira, que agotó localidades para las tres sesiones que hizo los pasados sábado y domingo en Kinépolis de Heron City Paterna, esta vez acompañado de Tomás García y María Juan. En el mismo lugar hizo Rovira sus monólogos en mayo de 2016 y reaparecía tras esa larga ausencia. Un triunfo más de éste humorista-actor, el Alfredo Landa de nuestros días, que paradójicamente, siendo andaluz de Málaga, debe su gloria nacional a unos apellidos vascos...

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