La nueva retención de fondos que ha aplicado el Ministerio de Hacienda ha dejado al Ayuntamiento de l'Ènova en una situación asfixiante. El consistorio que ahora preside Tomás Giner (PSOE) sólo ha recibido en abril un 30 % de la Participación en los Impuestos del Estado que le correspondería, lo que se traduce en apenas 3.100 euros de los más de 12.000 asignados inicialmente, según fuentes municipales. Cierto es que la mitad de este dinero ya estaba intervenida por el Estado, que en su momento se hizo cargo de liquidar las facturas pendientes de proveedores, y el ministerio ha aumentado aún más esta retención del 50 % al no haber recibido todavía la liquidación del presupuesto municipal de 2014.
«Estamos ahogados», reconoce el alcalde, que asumió en mayo un ayuntamiento «endeudado y mal gestionado», que carece de recursos para afrontar los gastos básicos como la luz. El consistorio tiene previsto enviar una carta en los próximos días al Ministerio de Hacienda para exponerle la «crítica» situación en que se encuentra y pedirle soluciones, si bien apunta como una posible alternativa una reducción del tipo de interés que cobra Hacienda en el plan de pago a proveedores. La deuda del Ayuntamiento de l'Ènova por este concepto es de 1,2 millones de euros. Si se suman también las deudas con entidades de crédito ésta se eleva a cerca de dos millones en un pueblo agrícola de apenas 900 habitantes que ya está inmerso desde 2013 en un plan de ajuste que ha obligado a subir los impuestos y que prevé seguir subiéndolos.
El de l'Ènova es uno de los 14 ayuntamientos valencianos -el único de la Ribera- a los que el ministerio ha decidido retener fondos de la asignación que transfiere por no haber presentado la liquidación del presupuesto de 2014, aunque no es la única documentación que el consistorio tiene la obligación de presentar y que no ha remitido al departamento que dirige Cristóbal Montoro para su fiscalización. Una falta de gestión por la debilidad del anterior gobierno y diversos problemas con el anterior secretario se encuentran en el origen de esta situación que asfixia las arcas municipales.
El actual alcalde, Tomás Giner, comentó como ejemplo que se está intentando «cuadrar» el presupuesto de 2015 ya que los números no se ajustaban a la realidad. «Salía un superávit y estamos en proceso de revisión», comentó Giner, que señaló que ha podido constatar que desde 2012 se acumula una deuda de 70.000 euros anuales que no aparecía en las liquidaciones y que el temor es que una vez se repasen las cuentas del año pasado se supere incluso esa cantidad. «Debemos un año de luz», apuntó como ejemplo de la falta de liquidez del ayuntamiento, agravada por la nueva retención de la que suele ser la principal fuente de ingresos de las administraciones locales, la Participación en los Tributos del Estado. Giner comentó que el nuevo gobierno, también del PSOE, está elaborando «el presupuesto más real de los últimos años» ya que, según dijo, «todos los anteriores eran ficticios, se hinchaban con dinero que no entraba».
