Los bomberos de Alzira buscan 42 años después sacar su sede de una zona inundable

El Ayuntamiento de Alzira y el consorcio provincial pactan una nueva ubicación en el polígono industrial El Pla y confían en que el proyecto vea la luz antes de que acabe la legislatura

Los terrenos escogidos son más amplios que los ofrecidos en el Torrejó

Varias parcelas del polígono industrial El Pla, en una imagen de archivo.

Varias parcelas del polígono industrial El Pla, en una imagen de archivo. / Agustí Perales Iborra

Rubén Sebastián

Rubén Sebastián

El anhelado traslado del parque de bomberos de Alzira va camino de ser una realidad en la presente legislatura tras más de cuatro décadas situado en una zona inundable a pocos metros del río Xúquer. El consorcio provincial ve viable la construcción de la nueva sede en una de las dos parcelas municipales propuestas por el ayuntamiento en el polígono industrial El Pla y ambas administraciones trabajan de la mano para que las obras puedan comenzar en los próximos meses.

El alcalde de Alzira, Alfons Domínguez, y el presidente del consorcio de bomberos, Avelino Mascarell, se reunieron ayer para abordar esta y otras cuestiones de interés municipal. Domínguez explicó que el consistorio había propuesto «un par de parcelas» que el consistorio posee en El Pla como posible ubicación, aunque no detalló el lugar exacto. Sin embargo, reconoció que una de ellas resultó ser del agrado de la administración provincial y de los profesionales del parque. «Son unos terrenos más amplios que los previstos inicialmente en el Torrejó. Aquellos reunían varios inconvenientes, como el hecho de no estar urbanizados o su integración en el casco urbano, que planteaba serias dificultades para el vuelo de los helicópteros. También se entendía que el tráfico podía influir en el tiempo de respuesta ante una emergencia y que generaría molestias a los vecinos», subrayó Domínguez.

Intención inversora

Mascarell, por su parte, subrayó que el personal del parque y los técnicos encontraban «idónea» la parcela escogida y manifestó su intención de poner fin a un problema histórico para la ciudad. «Estamos trabajando en ofrecer la mejor solución posible y nos vamos a volcar en que este proyecto ya no pare», comentó, para añadir también: «Por mi parte, no puedo decir otra cosa que existe la voluntad política de sacarlo adelante, ya que para el consorcio es muy importante, porque el de Alzira es un o de los parques principales».

Asimismo, el también diputado de Medio Ambiente subrayó que el cambio de ubicación no es la única cuestión a tener en cuenta: «Tenemos intención de solventar el problema, pero no se soluciona solo con una mudanza. Alzira es, toda ella, inundable. Podemos poner a los bomberos en lo alto de una montaña y, si se produce una inundación, no les afectaría. Pero igual de importante es tenerlo en cuenta, por ejemplo, cuando sea necesario renovar los vehículos para dotar el parque con unos que sean de tipo anfibio en vez de modelos que no estén adaptados», indicó el máximo responsable del consorcio.

Empresas del polígono El Pla, en una imagen de archivo.

Empresas del polígono El Pla, en una imagen de archivo. / Agustí Perales Iborra

Domínguez se congratuló por la «buena predisposición» de la corporación provincial y señaló la importancia que tendría para la ciudad completar la obra en la presente legislatura. «Quedan por rematar un par de asuntos, pequeños flecos, pero el hecho de que nos digan que tienen el dinero para hacerlo reservado y que quieren acometer la inversión es una gran noticia», sentenció.

Antecedentes

El parque de bomberos de Alzira acumula más de cuatro décadas en la ubicación actual, en una zona inundable y cercana al Xúquer. Desde hace años, el traslado ha formado parte de la agenda política de distintos gobiernos municipales que, como los propios profesionales, entendía que resultaba paradójico que quienes han de rescatar a la población durante una inundación de gran magnitud también se verían gravemente afectados. En 2018, se presentó el proyecto para construir la nueva sede en el Torrejó. Sin embargo, la pandemia, la falta de urbanización de los terrenos y los recelos que generaba la parcela escogida enfriaron una iniciativa que coge de nuevo impulso.

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