Sus familiares y amigos le tachan de loco y temen por su vida, pero sabe que cuenta con su apoyo. Así que en estos momentos se encuentra ultimando algunos detalles por resolver como es el tema de vacunas, visados o seguros médicos. Además de encontrarse enfrascado en la labor de dar a conocer su historia, a través de su blog «De China a Montserrat en bicicleta» y demás redes sociales, también trata de conseguir empresas y patrocinadores que colaboren con su proyecto. Cuando esté todo listo partirá en busca de «las vivencias que deparará el camino y sus gentes». Pese a las dificultades que le esperan, la vivencia es lo único que le preocupa: «quiero conocer cómo viven en estos países para nosotros tan desconocidos, también quiero empaparme de su cultura, tradiciones, costumbres, gastronomía, etc. Es evidente que será muy duro tanto en lo físico como en lo psicológico, no dejan de ser 13.000 km en bicicleta arrastrando muchísimo peso, luchando contra viento, lluvia, calor, frio, desniveles, animales salvajes, coches, camiones... Medio año sentado en un sillín de bicicleta no será fácil. Pero me veo capaz y sobre todo estoy convencido de lograrlo». r. s. alzira