Más de trescientas personas se manifestaron ayer ante el Ayuntamiento de Alzira para mostrar su desacuerdo con el decreto de la Conselleria de Educación que suprime una de las dos aulas de primero de Bachillerato concertadas con el colegio la Purísma, históricamente regentado por la comunidad franciscana de religiosas. El alcalde de la ciudad, Diego Gómez, y su equipo de gobierno, salieron a «dar la cara» pese a no ser los responsables de la decisión y fueron recibidos con abucheos. A la protesta también se sumó la diputada y exalcaldesa del PP, Elena Bastidas, y otros ediles de la oposición.

El enojo de muchas madres era palpable. Reprochaban al alcalde que les hubiera «engañado» por asegurarles durante una reciente visita al colegio que trataría de ayudarles y que el cierre de un aula concertada se debía a que había plazas públicas para los alumnos cuando, en la práctica, «las han tenido que crear». Gómez acompañó el viernes al equipo directivo a una reunión con altos cargos de la conselleria. «No nos ha apoyado en absoluto y ha faltado a la verdad», clamaba una de las madres afectadas.

Otra de ellas, y también algunos estudiantes, hicieron llegar a la primera autoridad local cartas de protesta cargadas igualmente de reproches. Tras calificar la salida de los niños que no podrán estudiar Bachillerado en la Purísima de «desahucio», una de las misivas aseguraba que la presencia de Gómez en las aulas será recordada «como una lección que jamás olvidarán: la de no confiar nunca en su palabra». Y remataba: «No saben si votarán o no dentro de dos años, y menos a quién votarán, en lo único que no dudan es a quién no votarán».

La postura oficial del colegio, en cambio, está mucho más matizada. «Damos fe de que el alcalde de Alzira nos ha ayudado, pero la dirección general de Centros fue tajante y no hemos conseguido lo que pretendíamos», señala el comunicado oficial del centro, que, no obstante, atribuye la supresión del aula a una decisión política.

«He hecho lo que he podido», alegó el alcalde ante las madres. A su juicio, Educación ha retirado el concierto con «criterios objetivos» dado que a pocos metros de la Purísima se levanta un instituto público que dispone de espacio para albergar la clase entera que va a suprimirse. El IES Tulell ganará finalmente el curso que viene un aula de primero de Bachillerato en lugar de las dos que la conselleria anunció al propio centro días atrás.