La tensión entre el sector agrario de Alzira y el concejal de Agricultura, Pep Carreres, llegó ayer a un punto de difícil retorno. El dirigente de AVA Bernardo Ferrer, que ha llevado la voz crítica contra la gestión del edil, compareció arropado por el presidente de la asociación que agrupa a los motores de riego, Pepe España, y el vicepresidente de la junta local de la Acequia Real, Ramón Sifre, para pedir públicamente la dimisión de Carreres, al que definió como un concejal «opaco» desde el punto de vista de la información y «radical» en las formas.

Ferrer leyó un manifiesto que argumenta un desencuentro constante con el responsable de Agricultura, al que acusó de «abandonar y ningunear» a los agricultores en los episodios de lluvias intensas, la helada o el viento, además de la sequía, y que concluyó emplazando al alcalde de Alzira a reabrir una vía de diálogo a través de otro representante «con mayor talante, capacidad de alcanzar consensos, profesionalidad, conocimientos del sector y que sea capaz de dotar de estabilidad al colectivo». Si el ayuntamiento no da un primer paso para reabrir el diálogo, dijo, no volverán a participar en las reuniones del Consell Agrari

Esta petición de dimisión se produce tras una réplica de Carreres a raíz de una crítica de Ferrer sobre el último Consell Agrari en la que el edil acusaba al vicepresidente de AVA de provocar una tensión innecesaria, de hacer «política barata» y cuestionaba que se erigiera en representante del sector. «Se equivocan cuando nos quieren politizar. Solo tenemos una bandera, el campo», defendió ayer Bernardo Ferrer, quien pidió la dimisión de Carreres en nombre del sector agrario de Alzira y defendió que las entidades que le acompañaban representaban a las 74.000 hanegadas de cultivos que hay en el término.

El manifiesto que leyó Ferrer reclama más recursos para vigilar el término -denunció que la Policía Local solo dedica a este fin dos agentes específicos- y, frente a los argumentos del edil, que siempre ha manifestado que las competencias en materia de seguridad son de la Policía Nacional, señaló que «no podemos tolerar la falta de contundencia ante un problema de primer orden». Recordó que otros ayuntamientos mucho más pequeños sí han adoptado medidas contra los robos. Ferrer denunció el «deplorable estado de conservación» de caminos rurales, cunetas y barrancos y valoró como una «cantidad ridícula» los 30.000 ? destinados para caminos en el presupuesto municipal de 2018. También criticó el abandono de una finca municipal dentro de la Murta «que entraña un alto riesgo de incendio» en el paraje.