Una procesión masiva y dulce que el viento forzó a retrasar hora y media
La salida quedó aplazada a las ocho de la tarde «para salvaguardar la seguridad de cofrades y público»
El itinerario se llenó por completo
Alzira volvió a citarse anoche con las tradiciones, pero lo hizo más tarde que de costumbre. La previsión meteorológica, que anunciaba rachas de viento de hasta 70 kilómetros por hora, llevó a la Junta de Hermandades y Cofradías a retrasar una hora y media el inicio del desfile. Esta vez recorrió los casi dos kilómetros del itinerario más a oscuras. Pero el retraso no mermó la expectación. Miles de personas presenciaron la marcha de las 18 cofradías y el paso de los 25 pasos procesionales agolpadas a ambos lados de la calzada.
La decisión de atrasar la procesión se adoptó con la intención de «salvaguardar la seguridad de los cofrades y del público asistente». De hecho, a media tarde, el cielo se cerró y el viento cobró fuerza. Algunas sillas de plástico que el ayuntamiento había dispuesto en las calles comenzaron a moverse y causaron problemas de tráfico. La situación se normalizó y ocho mil cofrades tomaron las calles. La Semana Santa alzireña ofrece unas particularidades que la hacen única. En 1988 se le otorgó el rango de Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Los doseles, una de las grandes enseñas locales, han alcanzado un nivel de vistosidad y calidad escénica indiscutible, y la larga procesión de anoche aporta otros encantos no menos seductores: reparto de golosinas y dulces entre los espectadores y el sonido de unas bandas de tambores, bombos y timbales que ya compiten en virtuosismo con las mejores de España.
El desfile se prolonga durante más tres horas y el bullicio se diluye ante un conmovedor silencio cuando se acercan las imágenes de mayor dramatismo: las del Cristo Crucificado en la Agonía y el Santo Sepulcro. Muchos devotos se levantan entonces en señal de respeto. Pura tradición.
Fábregues se va tras dirigir 14 años la Junta de Cofradías
El presidente de la Junta de Hermandades y Cofradías de la Semana Santa de Alzira, Vicente Fábregues, será relevado por decisión propia este año del cargo, en el que ha permanecido durante siete mandatos consecutivos, por lo que habrá marcado un récord de longevidad.
«Todo lo que empieza tiene un final y ocurre este año; se cierra un ciclo y se abre otro con aires de cambios y renovación», ha comentado en su despedida oficial, en la que también agradece el apoyo recibido. Será recordado por muchos logros y por haber conseguido que Alzira sea el próximo año la sede diocesana de la Semana Santa, por lo que acogerá la exposición y el desfile.
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