Compromís evoca sus 40 años de nacionalismo en Alzira

La coalición Compromís ha celebrado sus primeros 40 años de presencia institucional en Alzira con acto que reunió en la Casa de Cultura de Alzira a buena parte de los concejales que representaron a Unitat del Poble Valencià, Bloc y Compromís en el ayuntamiento. Su trayectoria ha ido en estas cuatro décadas de menos a más. El primer escaño se obtuvo en 1983 y su primer representante fue muy efímero. Paco Lluch cedió muy pronto el testigo a Antoni Murillo, un curtido sindicalista forjado en una empresa emblemática, Cartonajes Suñer, que tuvo que enfrentarse a un entonces hegemónico PSOE que había confiado a Paco Blasco la tarea de recomponer la fortaleza socialista que quebró la guerra y la dictadura del general Franco.

Compromís conmemora cuatro décadas de valencianismo en Alzira

Blasco estaba muy habituado a encadenar una mayoría absoluta tras otra y a gestionar el ayuntamiento con un control igualmente absoluto que dificultó mucho la labor de la oposición. Murillo fue de los primeros en plantarle cara y en destapar las corruptelas que, décadas después, acabaron con buena parte de los miembros del clan familiar ante los tribunales. Perdió muchos jirones de piel en combates dialécticos muy cargados de bilis pero ganó mucho crédito entre los votantes de izquierda desencantados por la forma en la que los dirigenes locales del PSPV administraban los asuntos públicos.

Los votos de Compromís crecieron de forma pausada pero constante y, tras Murillo, llegaron otros concejales para bragarse en otras mil batallas contra el poder establecido. Xavier Cantera también trajinó en tiempos difíciles y luego, tras la batalla que destronó a la familia Blasco, se labraron alianzas con los supervientes del PSOE e incluso con partidos de centro derecha para estabilizar la gestión municipal. Esa etapa encumbó a Josep Lluís Andrés, Tomás Pérez o Carles Aranda, que también dejaron huella en el hemiciclo municipal.

Diego Gómez marcó el punto de inflexión

La llegada de Diego Gómez en la última etapa de Elena Bastidas como alcaldesa del PP supuso un punto de inflexión. Compromís se aprovechó de la decadencia de la familia socialista alzireña, que quedó devastada tras una década de enfrentamientos internos. La sombra de los Blasco fue para la agrupación socialista local muy alargada y todavía no ha podido recuperarse por completo de aquella indigestión. El vacío que legó el PSPV supo ocuparlo Gómez, que se convirtió en el primer alcalde nacionalista y alargó su mandato ocho años con grandes niveles de popularidad ciudadana. Su sustituto, Alfons Domínguez, sigue ahora al frente del consistorio gracias a los pactos postelectorales.

Compromís ha echado la vista atrás ahora para repasar su trayectoria y celebrar sus 40 años de valencianismo político en Alzira. El concejal más veterano, Antoni Murillo recibió el premio Murta en un acto celebrado en la tarde del pasado jueves en Alzira. También compareció junto a Josep Lluís Andrés, Carles Aranda, Letícia Piquer, Xavi Pérez i Alfons Domínguez en una mesa redonda de balance que moderó Alfred Aranda. El acto lo cerraron el coordinador local, Vicent Martínez y la portavoz en el Congreso, Àgueda Micó. Mañana, lunes, se inaugurará una exposición retrospectiva también en la Casa de la Cultura de la capital de la Ribera Alta.