El mercado inmobiliario de la Safor ha arrancado el año con el mayor volumen de transacciones en el primer trimestre de los últimos cinco, aunque las estadísticas publicadas por el Ministerio de Fomento ofrecen otros datos que disipan cualquier síntoma de recuperación. Prácticamente todas las operaciones formalizadas entre los meses de enero y marzo de este año se circunscriben al mercado de la vivienda usada o de segunda mano, hasta el punto que las transacciones que tienen por objeto viviendas de nueva construcción apenas representan un 4,9 %. Es más, en 25 de los 31 municipios de la comarca (80,6 %) no se contabiliza en estos tres meses ninguna compra-venta de inmuebles por estrenar. La gran mayoría de las operaciones se localizan en Gandia y Oliva, zonas turísticas con abundante oferta de segundas residencias, aunque tampoco se trata de cifras récord. De hecho, incluso son menores que las de otros años.
La comarca de la Safor registró entre enero y marzo un total de 448 operaciones inmobiliarias, lo que representa una leve mejoría respecto de los últimos años en ese mismo periodo. Cabe señalar que este mercado registra unos ciclos por los que, de forma repetida, el primer trimestre suele ser flojo y el que menor operaciones computa en el conjunto el año.
Estas 448 transacciones formalizadas representan un aumento del 6,4 % respecto del primer trimestre del año anterior y el mejor registro en este período de los últimos cinco años. Para encontrar un dato mejor habría que remontarse hasta el año 2010, cuando en los primeros tres meses se contabilizaron 470 operaciones. El pinchazo de la burbuja inmobiliaria ya marcaba en ese momento una caída en picado del sector que, al menos a nivel de estadísticas, tocó fondo con las 278 operaciones del primer trimestre de 2013.
Con todo, una comparación con el trimestre anterior refleja un descenso del 17,2% en el número de operaciones, si bien es cierto que las oscilaciones que registra este mercado siempre suelen repuntar en el tramo final del año.
Por otra parte, el sector agudiza más si cabe la tendencia que han venido apuntando las últimas estadísticas: es el mercado de segunda mano el único que registra cierta actividad y la práctica totalidad de las operaciones tienen por objeto viviendas de renta libre, mientras que el volumen de viviendas protegidas que se comercializan ha quedado reducido a niveles residuales.
Además, se trata en su mayoría de transacciones que tienen a las entidades bancarias como protagonistas, puesto que quieren desprenderse de la gran cartera de pisos que tienen en su haber por los desahucios.
Un total de 426 de las 448 operaciones inmobiliarias formalizadas en el primer trimestre de este año corresponden a viviendas usadas, lo que supone un 95%. Los expertos apuntan que quedan aún muchos año para que se reactive la construcción de nuevas viviendas.
