Lluna García Fernández confesó ayer que haber sido designada fallera mayor infantil de Gandia para el año 2016 representa para ella un doble honor. «No solo lo es para la familia García-Fernández, sino también honráis a nuestra falla», en este caso la comisión de l'Alquerieta i Museu Faller.
Es lógico que la xiqueta que representa a todos los falleros y falleras infantiles durante un año se expresara así porque es la primera vez que su comisión, la más joven de la ciudad, pone a uno de sus miembros en la máxima representación de las fiestas josefinas.
Durante la «demanà» del cargo, que tuvo lugar anoche en el Palau Ducal de Gandia, Lluna expresó su orgullo por ser de esta comisión, pero después se dirigió «a los mayores» para que no olviden nunca la esencia de la fiesta fallera. «Los pequeños solo entendemos de fiesta, de música, de sonrisas, somos especialistas en el baile y los disfraces. Catedráticos del buen humor, de la pólvora, los cohetes y los pasacalles», indicó la fallereta, quien concluyó su discurso invitando a todos «a volver a la más tierna juventud y vivir las fallas como antes lo hacíais».
Antes que Lluna tomó la palabra la alcaldesa, Diana Morant, para quien este acto también es su gran estreno en el mundo de las fallas representando a toda la ciudad. Aunque Morant es desde hace muchos años fallera de la comisión del Prado, confesó que se sentía nerviosa ante «la magia de encontrarnos aquí para formular el sencillo conjuro» que consiste en solicitar a la joven designada que acepte públicamente ser la fallera mayor infantil.
Tras expresar su afecto a los familiares de Lluna, presentes en el acto, le pidió a la fallera mayor que transmita su felicidad de todo este año al resto de los gandienses.
Previamente, el presidente de la Federació de Falles, Telmo Gadea, para quien esta «demanà» también es la primera, tuvo un gesto cariñoso con Aitana, la hermana pequeña de Lluna, a la que, sin separarse de sus padres, le pidió que aceptara ser la «ayudante y asesora» de la fallera mayor infantil. Un poco abrumada por el imponente y repleto Salón de Coronas del Palau, Aitana aceptó esta encomienda que la unirá, más si cabe, a su hermana mayor.
