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Donde dije digo, digo Ciro

Cuando me inicié en política (siempre como aficionado), lo hice porque sentía inquietud y pensaba que desde dentro se podían hacer muchas cosas por los demás. Pensaba en la pureza de las personas por llevar a cabo proyectos reflejados en lo que conocemos por «programa electoral». Yo sabía cuál era mi rol dentro del organigrama del partido, y así lo hice durante los cuatro años que estuvimos en la oposición.

Había que sumar, al precio que fuese, y fue por entonces, a los pocos meses de las elecciones municipales del 2011, cuando fui viendo cosas que me preocupaban, vamos, que no cuadraban con mi manera de ser. Llegaron las prohibiciones, las mentiras, los recelos, los codazos, las envidias? Había que posicionarse bien para ocupar un buen puesto en la parrilla de salida.

No me considero una persona anárquica pero tampoco creo en las jerarquías impuestas a dedo. Más si cabe, cuando los que están por encima de ti son una «panda», ya que lo único que saben hacer bien es venerar a su líder. Rectifico, a su jefe. Porque un líder, cohesiona, estimula, colabora, aconseja, se involucra y da ánimos cuando se requiere, mientras que un jefe tan solo da órdenes y pide resultados, sin valorar ni consensuar nada.

Una vez se ganaron las elecciones de 2011 esos problemas de personalidad en muchos de mis compañeros se acentuaron, los egos de dispararon. Se les activó el bipolarismo que todos llevamos dentro, hasta el punto de creerse que estaban por encima del bien y del mal. Craso error.

Algo parecido le ha debido de suceder al Sr. Ciro Palmer. Su bipolaridad se le activa con demasiada frecuencia llenándosele la boca con declaraciones de amor hacia el partido al que tanto criticó durante la pasada campaña electoral, llegando a jurar por sus hijos en determinadas ocasiones que nunca le daría el gobierno al partido que abandonó cuando pasó a Plataforma de Gandia, donde tampoco destacó por méritos propios.

Y yo me pregunto: ¿Quién le puso ahí Sr. Palmer? ¿Quién le nombró número uno en Ciudadanos? ¿Hubo primarias o hubo auto-dedazo? ¿Cuál es su cualificación personal y profesional, cuál su preparación, su bagaje? ¿A qué está jugando? Seamos serios, usted representa la voluntad de muchos ciudadanos que en su día le votaron, pero usted no es dueño de esas voluntades. Usted, acertadamente o no, estando de acuerdo o no, el día en el que se constituyó el nuevo ayuntamiento, dio su voto, el «voto del elegido», a una serie de partidos porque así se lo impusieron desde arriba y, le guste o no, se debe a esa disciplina de partido. No le valió de nada todo lo que negoció a escondidas de su partido en precampaña.

Y ya no por dignidad, la cual desconozco si usted la tiene, sino por compromiso con su partido, deje de marear a sus compañeros de gobierno, deje de hacer declaraciones de amor hacia quienes le quisieron ridiculizar y anular en plena campaña electoral y trabaje por su ciudad, para los que «religiosamente» le pagamos su sueldo, pero trabaje de verdad.

Yo no podría trabajar teniendo un socio que día sí y día también, está echándole los tejos a la competencia. Eso desestabiliza Sr. Palmer, eso genera dudas y desconfianza a sus compañeros de viaje, pero al ciudadano de a pie, a los que leemos casi a diario sus salidas de tiesto, nos avergüenza.

¿Usted no lee la prensa Sr. Palmer? ¿Usted no se da cuenta de la situación en la que se encuentra la ciudad que le ha dado la oportunidad de su vida? ¿Usted no va a las comisiones, no se pasea por IPG, no se lee los informes del interventor? ¿Usted no habla con los proveedores a los que se les dejó de pagar? ¿Y con sus trabajadores? ¿Y con las familias de estos? ¿Me quiere decir que está orgulloso de amedrentar continuamente a sus compañeros de legislatura para poner de alcalde a Víctor Soler? ¿A Guillermo Barber? ¿A Vicente Gregori? ¿Pero no se da cuenta que ellos han sido cómplices de todas las barbaridades y tropelías que, muy a mi pesar, ha cometido el PP en esta ciudad? Todos, del primero al último. No se salva nadie. ¿Esa es la regeneración que usted ve en el PP, al que le ofrecería el gobierno? Pues apañados vamos, Sr. Palmer, apañados vamos.

Esa moción de censura que pretende hacer no solo no debe de saldarse con la cabeza de Arturo Torró, como usted acostumbra a decir, y que sin duda no se la dará. Debe de saldarse con la cabeza de todos y cada uno de los que han formado parte de la época más oscura del Partido Popular en Gandia. No olvide que todos, todos, todos levantaron la mano al unísono en cada uno de los plenos y juntas de gobierno fieles a la voz de «su amo», sin importarles un carajo las consecuencias de cada una de sus decisiones. Tampoco olvide las presuntas implicaciones en el caso Púnica, las prevaricaciones, malversaciones de fondos públicos, el clientelismo, los impagos a proveedores, a la Seguridad Social, al IRPF, a FCC, a empleados de IPG, de Quatre Fulles y otras ETT, luz, teléfono, alquileres, IBI, convenios con asociaciones, convenios con clubs deportivos, pagos indecentes por informes que no han servido para nada, dudosas ventas, las dudosas compras, los costes cero, los cuantiosos despilfarros, los conciertos y los consiguientes desconciertos, impagos a las asociaciones, los escándalos a nivel nacional, mentiras y más mentiras, difamaciones, etc. etc.

Sí, creo que tiene suficientes motivos para hacer una moción de censura a favor de mi partido, y no me vale que usted me diga que el partido socialista también hizo de las suyas, porque a mí eso no me importa, no lo justifica.

Lo que realmente me importa es mi partido. Me importa que, al igual que usted, que se marchen todos y que dejen vía libre a una regeneración total y real del Partido Popular.

Así que deje de perder el tiempo reuniéndose con cadáveres políticos como Filiberto Tortosa, Manolo Vidal o el mismísimo Arturo Torró y dedíquese a gobernar, a mirar por su ciudad y no en la estrategia para colocar a «los suyos».

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