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Los regantes critican que se tenga que vaciar a finales de cada septiembre por razones de seguridad

Los regantes critican que se tenga que vaciar a finales de cada septiembre por razones de seguridad

El pantano de Beniarrés sigue bajo mínimos, dado que, con 3,79 hectómetros cúbicos de agua almacenados, apenas se encuentra en un exiguo 14 % de su capacidad. Las lluvias registradas en las últimas semanas apenas han tenido incidencia en las reservas del embalse, toda vez que ha pasado del 13 % de primeros de septiembre al actual 14 %.

Aunque en la Safor sí se han producido precipitaciones cuantiosas, lo que ha permitido detener el aporte de agua de riego desde el Serpis, la lluvia caída en la cuenca alta y media del río ha sido mucho menos importante, de manera que habrá que seguir esperando para que Beniarrés vuelva a llenarse.

Precisamente este episodio de sequía está generando cierta polémica por el sistema de gestión de desembalses preventivos del pantano de Beniarrés. Las comunidades de regantes que se alimentan de su caudal sugieren a la Confederación Hidrográfica del Júcar que se plantee si es necesario dejar el vaso del pantano al 50 % de su capacidad a finales del mes de septiembre, como fijan el protocolo que está en vigor.

Ese vaciado, que hace dos años que no se produce por la prolongada sequía que afecta a la cuenca del Serpis, se lleva a cabo justamente para que pueda retener más agua en el caso de gotas frías otoñales que puedan causar inundaciones en Gandia.

Este mismo debate se ha generado ahora con el pantano de Tous, en la Ribera Alta, que también ha tenido que desembalsar decenas de hectómetros cúbicos en este pasado septiembre, un agua que, estiman los regantes de la Ribera, podría hacer falta posteriormente si persiste la escasez de lluvias.

La Confederación Hidrográfica, sin embargo, entiende que, de momento, el protocolo de gestión y de seguridad tiene que aplicarse.

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