Los dos matrimonios de Piles que emprendieron la aventura solidaria por tierras de Marruecos, ya han regresado a casa, después de recorrer más de 4.500 kilómetros. María del Mar, Carola, David y Pedro han podido vivir experiencias únicas en estos nueve días.
Su recorrido por Marruecos ha transcurrido por pueblos del interior y en rutas no habituales de tránsito, pasando por muchas ciudades como Tánger, Kéntira, Khémisset, Menkès, Azrou, Mioelt, Tislit, Imilchil. El viaje lo han hecho a bordo de un Toyota Land Cruiser hdj 80 del año 1.990.
Los dos matrimonios transportaron, además de su equipaje, una buena cantidad de material donado por amigos, familiares, empresas como Publinou, Bikemoto Gandia, Moto Real o el Ayuntamiento de Piles que también ha colaborado.
Entre ese material había ropa, juguetes, bolígrafos, gomas de borrar, lápices y otros utensilios.
Esta aventura solidaria ha sido sufragada íntegramente por los dos matrimonios «y la hemos hecho por devoción, diversión y solidaridad.
Tras su experiencia y el largo viaje de vuelta, manifiestan que «las sensaciones han sido muy parecidas a los viajes anteriores, aunque hemos vuelto un poco decepcionados, ya que en la escuela a la que aportamos material escolar en los años anteriores, en esta ocasión estaba cerrada por falta de recursos económicos. Los niños estaban allí, pero sin escolarizar. Aún así entregamos todo el material que transportamos, pero fue muy decepcionante ver cómo en vez de ir a mejor es todo lo contrario, van a peor».
Miseria
María del Mar, Carola, David y Pedro añaden que «la miseria continúa igual, no ves ni mejoras ni reformas, pero ya sabíamos a lo que íbamos».
En cuanto a itinerario en si, indican que «hemos pasado por rutas diferentes para conocer a gente diferente. En esta ocasión aprovechamos y estuvimos dos días en el Atlas. Las infraestructuras viarias estaban muy dañadas, ya que en el último año ha habido lluvias y tormentas muy fuertes que han borrado del mapa algunas carreteras que estaban cerca de ríos y barrancos».
Sobre la experiencia vivida insisten en que «ha sido positiva porque lo poco que hemos donado es mucho para ellos. Hay cosas que aquí no les damos importancia y allí las valoran muchísimo como un trago o media botella de agua o una docena de huevos que les puedas dar».
Los matrimonios de la Safor confiesan que «nuestra intención es volver en los próximos años, no sabemos cuándo, pero intentaremos organizar otro viaje para llevar material a los más necesitados».
