Miguel Ángel Picornell, representante del Ayuntamiento de Gandia en el Consorcio de Residuos de la Safor, la Vall d'Albaida, la Costera, la Canal de Navarrés y el Valle de Ayora (COR), no ha dejado pasar ni un solo día desde que asumió la vicepresidencia de ese organismo para lanzar una clara advertencia clara en el sentido de que nadie debe pensar que en la Safor pueda ubicarse un vertedero.
Picornell dijo ayer que esta comarca «ha estado tradicionalmente en contra de la instalación de vertederos por las especiales condiciones demográficas y ambientales de este territorio, y esa será la línea de actuación del representante de Gandia en el COR».
La declaración, que no habría tenido sentido hace unos meses, sí que cobra sentido ahora debido al nuevo modelo de gestión que quieren implantar los representantes de las comarcas de interior, especialmente la Costera, la Vall d'Albaida y la Canal de Navarrés.
Como publicó este periódico la pasada semana, algunos de estos representantes no han ocultado que el COR debe modificar de arriba a abajo la estructura de gestión diseñada en las dos anteriores legislaturas y apostar por pequeñas plantas de tratamiento y vertederos de basuras en cada una de las comarcas afectadas.
Esa decisión, que aún no está tomada, iría en correspondencia a la anulación de la gran planta y vertedero que se había proyectado en una zona apartada de Llanera de Ranes, cerca de Xàtiva.
En la Safor, la comarca más densamente poblada de las cinco que integran el mapa territorial del COR, se sufrió la experiencia de la planta de basuras de Ador, que durante años causó molestias a varios municipios y que al final tuvo que cerrar por una sentencia judicial que revelaba la ausencia de licencia de apertura.
La Safor, unida en la causa
En la nueva Junta de Gobierno del COR elegida la tarde del miércoles pasado en Xàtiva, están cinco representantes de ayuntamientos de la Safor (Gandia, Ròtova, Alfauir, Bellreguard y Xeraco) y todos ellos defenderán, por mandato de sus respectivos partidos políticos, PP, PSPV y Compromís, la necesidad de que la Generalitat mantenga la gestión conjunta de los residuos urbanos de las cinco comarcas implicadas, lo que permitirá encontrar la mejor ubicación para las instalaciones de tratamiento, entre ellas la casi siempre polémica planta a la que van a parar los desechos.
