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No a la gripe

No a la gripe

Con la llegada del frío, los virus de la gripe nos declaran la guerra obligándonos a defendernos con las armas que nos recomiendas los médicos. Pero desgraciadamente este año, además de los virus normales que ocasionan los típicos dolores de cabeza, fiebre alta y toses variadas, han aparecido otros virus extremadamente peligrosos pertenecientes a la cepa yihadista que, según afirman los expertos, permanecían ocultos en diferentes ciudades europeas como células durmientes o lobos solitarios. Y de pronto, al grito de ¡Alá es grande! han aparecido en los lugares más concurridos causando gran número de muertos entra la población infiel.

Curiosamente en cada país se les ha dado a estos peligrosos virus un tratamiento diferente. En Francia los ciudadanos, haciendo honor a su 'Grandeur', han dejado sus rivalidades políticas a un lado y, orgullosos de ser franceses, se han unido todos alrededor de su presidente Hollande cantando 'la Marsellesa'. Y sabiendo que estos enloquecidos virus son inmunes a todo tipo de tratamientos dado su carácter yihadista y teocrátrico, el gobierno francés no ha dudado en recurrir a las fuerzas del orden público y del ejército, para emprender una guerra sin cuartel.

Aquí en España, donde muchos se avergüenzan de ser españoles, esconden la bandera por considerarla franquista, silban al himno nacional, y se cogen las cuestiones de defensa con papel de fumar, el 54 % está en contra de la guerra. Aunque la realidad es que todos, absolutamente todos, estamos en contra de la guerra.

Pero pienso que si llega un día en que los virus yihadistas empiezan a matar gente, habrá que defenderse como han hecho los franceses. Aquí todavía algunos iluminados por la progresía y el buenismo dicen que nosotros somos los malos, los únicos responsables de la aparición de estos virus yihadistas por no haber sabido integrar en nuestra sociedad a estas ovejas descarriadas. Y por si todo esto fuera poco, aparecen también en defensa de estos virus los sempiternos abajo firmantes acompañados por el ilustrísimo señor Kichi, alcalde de Cádiz, la no menos ilustre alcaldesa Ada Colau acompañada de su meona oficial, y doña Manuela Carmena que ofrece diálogo y magdalenas de fabricación propia para calmar a los virus yihadistas.

A todos estos alcaldes redentores se suman también los actores de siempre, algunos intelectuales de dudosa calificación, algún juez del cuarto turno y Julio Rodriguez, ex jemad, un general fichado por Podemos que, según La Gaceta, dice que las bombas de izquierdas no son nocivas y sirven para auxiliar, mientras que las demás son peligrosas.

En este clima de general desencanto político, nada mejor que las palabras de Unamuno: «¡Qué país, qué paisaje y qué paisanaje!». Y cabe preguntarse: ¿Hasta cuándo va a continuar esta vieja historia de las dos Españas, de las que se lamentaba Machado?

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