Pablo de San Leocadio, el pintor protegido por la duquesa María Enríquez, escribe en su diario recopilado por el profesor Ximo Company, la Relación de las personas que comen en el Palacio Ducal. Entre ellas encontramos a un personaje llamado Bernat de la Gonga, cómico de profesión. En 1775 aparece un Andrés de Gonga, como propietario del Corral de Comedias de Almagro. Y a finales del 800 llega a Gandia don Enrique Gonga, industrial maderero y aficionado al teatro, que influenciado por las novelas de Julio Verne, interpretaba en cualquier esquina de la ciudad un curioso monólogo sobre el progreso, asegurando que en las ramas de los árboles del nuevo paseo crecerían jamones y langostas. A don Enrique le sucedió su hijo el actor Ximo Gonga, que logró grandes éxitos en el teatro de ambiente fallero, llevando la risa y la alegría al corazón de miles de gandienses. En sus tres hijos también bullía la sangre teatrera, pero dejando a Pep y Ximet para mejor ocasión, hoy les hablaré de María José, más conocida como «Gongui».
Con diez años recién cumplidos, se subió por primera vez a un escenario para interpretar la obra «Pilar i Micalet». El éxito fue tan memorable que, desde aquel mismo momento, se hizo devota de la diosa Talía y llevó su religión por todos los escenarios dando testimonio de su amor por el teatro.
En la primavera de 1972 se produjo una curiosa conjunción astral al quedar alineada con el Sol, el planeta Venus y la Luna en cuarto creciente; lo que provocó una verdadera eclosión de cómicos de la legua, bufones, trovadores, galanes jóvenes, primeras actrices e incluso actores de carácter que dieron lugar al nacimiento de Pluja Teatre donde, de la mano de Ximo Vidal, se dieron cita: Gongui y sus hermanos, Amparo Martínez, Joan Muñoz y Miquel Ribes. Metidos como sardinas en una vieja furgoneta, comenzaron su andadura por todos los teatros de España con «El supercaminal», «La calça al garró», «Sang i ceba», «Raspa, Sompo i el mágic Tutifruti», «Planeta Shakespeare»...
María José, intuitiva, cartesiana, y con la cabeza bien amueblada, siempre la vi como la madre coraje de aquellos benditos locos por el teatro. Gongui siempre me pareció una mezcla mágica de Anna Magnani i Julieta Massina. Pero quizá el zénit de su vida lo alcanzó en colaboración con Ximo Vidal, en su magnífica obra «Construyendo a Teo», un niño extraordinario que a los tres años ya debutó en el cine en la película «On Keepeu les bagues».
Les recomiendo que entren en la página web www.jmborja.com y se bajen la película que da fe de las admirables dotes de todos los personajes de Pluja.
Gongui es una persona entrañable y generosa, dispuesta siempre a ocuparse de los demás. Una mujer del pueblo, solidaria y firme en sus decisiones. Pero sobre todo es una magnífica actriz que se adapta con absoluta naturalidad a cualquier personaje.
El corazón de Gongui, siempre generoso, guarda el recuerdo y el cariño de muchas personas que han pasado junto a ella. Ahora es la Plataforma dels Pobles de la Safor quien ha reconocido su trayectoria cultural de promoción de la conciencia de respeto al medio ambiente, otorgándoles el octavo premio «Circ de la Safor». ¡Enhorabuena Gongueta!
