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«Mi hijo Joel de 5 años ya tiene su colección propia»

«Mi hijo Joel de 5 años ya tiene su colección propia»

Él era un niño de cuatro años cuando en noviembre de 1977 llegó a los cines españoles la primera película de la saga, La guerra de las galaxias, que se había estrenado casi medio año antes en Estados Unidos. El Imperio contraataca (1980), que sigue siendo su favorita, la vio algo más tarde. «Mis padres me compraron entonces el primer muñequito y a partir de ahí me aficioné». Así que Fran, peluquero de Gandia, a sus 42 años es de la generación Star Wars, y uno más de los aficionados al universo lucasiano, que en el mundo son legión. A parte de colaborar con la Saga Skywalker de la Comunitat Valenciana, Fran acumula en su casa una colección con más de 400 figuritas, muchas de ellas originales de la época, entre naves, accesorios y personajes.

Su única motivación es sentimental pero, en términos económicos, son piezas que cotizan al alza entre los ávidos coleccionistas: «Por ejemplo, una nave que hace 20 años costó al cambio unos 20 euros, ahora la podría vender en internet por más de 500 euros», asegura. Además, tiene ocho trajes de personajes de los que se suele disfrazar, como commanders o el mismísmo Darth Vader. Algunos son comprados, pero otros están confeccionados en un proceso casi artesanal y exclusivo. Como en las figuras, el gasto puede dispararse: «Los hay desde 50 euros hasta 3.000 euros si quieres gastártelos», señala.

Pero Star Wars no tendría tanto éxito global si la devoción no se transmitiera de padres a hijos. En el caso de Fran, parece que ese traspaso generacional va por buen camino. «Mi hijo Joel, de cinco años, ya tiene su propia colección de figurita». Sobre la última película, opina: «No defrauda, aunque tiene un guión parecido al original de 1977».

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